Bella Hadid llegó a la industria de la moda con un estilo personal que enamoró a medio mundo y con una melena morena que independizaba su imagen de la de su hermana, la ya entonces famosa Gigi. Pero, al igual que el de la actriz colombiana Sofía Vergara, el color de pelo de Bella no es natural ya que nació igual de rubia que el resto de su familia. Lo cierto es que parece que su decisión fue acertada porque, además de conseguir su sueño de convertirse en un ángel de Victoria’s Secret y desfilar por las pasarelas más importantes del circuito fashion, la modelo es la embajadora del maquillaje de Dior, un logro con el que muchas maniquíes solo sueñan. Recientemente, la pequeña de las Hadid ha revelado la razón por la que no quiso ser otra rubia en la lista de las tops más cotizadas del mundo y nada tiene que ver con la leyenda urbana que se dio por cierta.
Bella aclara que la decisión de teñirse de morena no fue motivado por su carrera en la moda sino a sus 13 años y la razón fue simple: siempre se sintió morena de corazón. Aunque la modelo haya renegado de su color original, a veces vuelve a sus orígenes con pelo postizo: “Cuando me pongo una peluca rubia pienso que sería divertido volver atrás, pero estoy muy contenta con mi pelo. Las rubias son tan angelicales. Mi hermana puede librarse de cualquier problema”, explicó Hadid en unas declaraciones recogidas por The Daily Mail. Y la californiana se divierte tanto con estas momentáneas vueltas al pasado que incluso ha creado una cuenta Instagram para su alter ego rubio: Rebekka Harajuku.
Otro de los secretos del pelo de la joven son las extensiones, ha confesado que su pelo fino le hace sentir insegura y que por eso prefiere los recogidos ultra pulidos con los que suele ser fotografiada. Sin embargo, cuando decide llevarlo suelto, acude a cabello postizo para conseguir más volumen y movimiento en su peinado y solucionar su problema con la falta de volumen.