¿Me lo aplico o me lo guardo? Es la encrucijada que se nos presenta cuando algunos de estos objetos de deseo caen en nuestras manos. Polveras colgante, perfumes bolso, estuches monedero... Caprichos que, a pesar de tener una función cosmética, pueden convertirse en preciosos elementos de coleccionista. Su aspecto exterior suele tener ciertos detalles en común, tales como brillos, elementos decorativos y en definitiva, cualquier diseño que evoque lujo y exclusividad.
Si hay un momento durante el año en el que se nos permite ser un poco fetichistas, este es Navidad, época en la que todo es posible y los deseos se hacen realidad. Por qué no fantasear con una joya, o un cosmético de lujo, o las dos cosas a la vez, ¿quién sabe?...