Dicen que pasamos más tiempo en la palabra y el pensamiento, que en sentir y vivir el momento presente. De ahí que a veces sintamos que se nos escapa la vida sin darnos cuenta. Este feo vicio, de dejarnos llevar por las preocupaciones pasadas y futuras, lo único que provoca "es generarnos estrés y tensiones a nivel psicológico y por extensión, a nivel físico", asegura Inmaculada Canterla, directora de Cosmeceutical Center. Por ende, la ansiedad, la depresión y otros problemas emocionales "pueden causar, por ejemplo, alteraciones como eczemas, acné, rosácea, alopecia, psoriasis o vitíligo, o bien agravar o mantener en el tiempo los problemas de piel ya existentes", sostiene Canterla.
Una persona sin estrés ni ansiedad tiene los niveles hormonales equilibrados en su organismo. Por el contrario, si estamos sometidos a situaciones de estrés y tensión, las hormonas como el cortisol y la adrenalina alcanzan valores elevados "pudiendo causar diversas enfermedades, incluyendo las enfermedades de la piel", prosigue la creadora de Cosmeceutical. Si bien, en circunstancias normales, el propio organismo es capaz de regular los niveles hormonales a través del sistema nervioso simpático, Canterla afirma que, "si el estrés o la ansiedad son crónicos o muy recurrentes, los niveles de estas hormonas permanecen elevados".
Herramientas como el mindfullness, basado en la plena conciencia del momento que estamos viviendo y en hacernos conscientes de las sensaciones que nos rodean e interactúan con nuestro cuerpo, son bastante poderosas a la hora de gestionar y reducir el estrés. El psicólogo Luis Antón, experto en mindfullness en el Centro IPSIA de Madrid, explica que "cuando las personas tenemos estrés continuado, nuestro cuerpo se prepara para las posibles amenazas que estamos anticipando. Se activa y altera, dejando de lado todas las demás funciones que hace de forma autónoma, siendo una de ellas la regeneración de la piel". Por consiguiente, si aprendemos técnicas para manejar dicho estrés, este disminuirá y nuestro cuerpo funcionará de forma completa y sana.
El estrés oxidativo es el principal mecanismo causante del envejecimiento de nuestras células y, por tanto, de nuestra piel. De modo que "un aumento de la relajación, o disminución de la tensión, repercutirá en una ralentización de los procesos de oxidación de la piel, además de favorecer la regulación de niveles de las hormonas adrenalina y cortisol", cuenta Canterla.
Por otra parte, continúa la experta, "en el rostro se produce una relajación de las facciones, que evita estar forzando gestos que derivan en arrugas de expresión".
Los clásicos ejercicios de relajación, útiles solo a corto plazo, han pasado de moda dejando paso a nuevas técnicas más duraderas y efectivas, como el mindfullness, cuya práctica "promueve la estabilidad y equilibrio mental, logrando que la mente deje de divagar y pueda vivir el momento presente, cada vez en mayor grado", explica Antón. Esto trae consigo un aumento de felicidad y bienestar que se traduce en una piel luminosa, uniforme y con menos arrugas.
¿Por dónde empezamos?
Luis Antón nos ofrece unos ejercicios de concentración para principiantes, durante 10 minutos al día:
- Lleva la atención a los movimientos que hace el vientre con la respiración.
- Cuenta un número con cada espiración hasta que llegues a 11, luego vuelves a 1 con cada espiración y continúa con las series así, durante 10 minutos.
- Cada vez que la atención se vaya a pensamientos o preocupaciones, suelta el pensamiento y vuelve tu atención a los movimientos de la respiración en el vientre.