Belleza práctica: las brochas que no pueden faltar en tu neceser
Son tus mejores aliadas para aplicar el maquillaje pero... ¿sabes cuáles son las imprescindibles?
Te habrás dado cuenta que últimamente cuando vas a una tienda a comprarte una brocha o pincel hay infinidad de tipos, tamaños y formas. Cada vez más, las marcas van sacando nuevos diseños para cubrir absolutamente todas las necesidades que podamos tener a la hora de maquillarnos, desde aplicar el eyeliner, la sombra de ojos, el colorete, la base líquida o para definir el contorno de nuestro rostro o las cejas. Eso sí, lo importante es elegir un buen set que nos ayude a conseguir el look que queremos dependiendo de la ocasión y así estar siempre perfectas. Para ello, hemos contado con la ayuda de Maite Tuset, Senior Artist de M·A·C en España y Portugal, que nos ha explicado cuáles deben ser las brochas y pinceles que no deben faltar en nuestro neceser. "Hay un número infinito de brochas. Destinadas para según qué zona, vamos a trabajar con diferentes tamaños, tipo de pelo, formas…", nos dice la experta, cuyas elegidas son:
- Un brocha para aplicar la base de maquillaje de una combinación de pelo sintético y natural
- Una brocha para extender los polvos.
- Una brocha para colorete y contornear.
- Dos brochas para hacer el maquillaje de los ojos: una redondeada suave y flexible para extender y difuminar el producto; y otra plana y compacta para estructurar y depositar más cantidad de producto.
- Un brocha para aplicar y extender la barra de labios.
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Maite Tuset también nos anima a economizar y a descubrir el doble uso que pueden tener algunas de ellas, sobre todo cuando estamos fuera de casa o nos vamos de viaje y no podemos llevarnos todo el set con nosotras. Así, quizá una brocha de ojos nos puede servir para aplicar una barra de labios o una destinada para hacer un eyeliner nos puede ayudar a definir la forma y contorno de los labios. Además, una brocha que utilizaríamos para difuminar sombras, nos puede servir para difuminar el corrector o conseguir un efecto manchado en los labios (lo que se llama ahora 'efecto mordido'). Curioso, ¿no?