El verano es, no hay duda, una época complicada para el cabello. Tanto, que algunos especialistas consideran que la temporada que comienza a mediados de junio y hasta septiembre es la peor temporada del año para nuestro pelo. Pero, ¡tranquila! Hay soluciones. Sólo queremos que tengas en cuenta que se trata de un tiempo en el que se han de tomar medidas preventivas y una serie de cuidados posteriores una vez haya acabado el verano. Todo con un objetivo: presumir de pelo radiante y, sobre todo, sano, este verano. Igual que cuidas tu piel en estos meses en los que el sol hace mella, también debes cuidar tu pelo.
No sólo el sol
A lo largo de los meses de calor, existen varios factores externos que influyen en la salud de nuestro cabello, el principal de ellos el sol, pues los rayos ultravioleta alteran las propiedades elásticas del cabello y provocan una ligera decoloración. La radiación ultravioleta afecta a la fibra capilar deshidratándola. Un efecto que tal vez pueda venir bien a los cabellos grasos pero que resulta fatal para el pelo seco. En este caso se deberá recurrir a protectores solares nutritivos que aporten agentes acondicionadores para compensar la deshidratación. Hay muchas opciones en champús, acondicionadores, sprays y mascarillas.
Pero no sólo el astro rey nos daña. También el cloro del agua de las piscinas -que puede llegar a alterar notablemente el color de los cabellos teñidos- o la sal marina que, según Rafael Artero, el shampunier de la firma Pantene Pro-V, actúa como una esponja absorbiendo la hidratación del cabello. Por ello, es fundamental lavar el pelo todos los días para limpiarlo de la sal y la arena, y se debe hacer con agua tibia, no demasiado caliente, porque se reseca aún más. Procura olvidarte de los secadores y dejar que el pelo se seque al aire libre. Además, es conveniente cepillar el cabello de forma suave cuando está mojado, pues se vuelve más frágil. Y no retoques tus mechas o el tinte en pleno verano, pues puede resultar demasiado agresivo para un cabello que sufre más de lo habitual.
Cambios de color
Otra de las acciones del sol sobre el cabello hace que éste se aclare notablemente, algo que se aprecia especialmente en los niños, cuyo pelo se aclara a mayor velocidad que el de los adultos. Se trata de un efecto que, incluso, puede resultar favorecedor para quienes tienen el cabello castaño claro o rubio natural.
Sin embargo, la pérdida de color es un fenómeno mucho más negativo para los tonos oscuros, que se vuelven pajizos.
La mejor solución son los protectores solares de color o en su caso, los tradicionales sombreros y gorras. Eso sí, estos últimos, siempre que el pelo esté ya seco (es importante que el cabello se seque al aire libre). Otra solución es que su peluquero habitual ajuste el tono tanto antes como después del verano para minimizar estos cambios en el color.
¿Y después del verano?
Es fundamental prestarle atención al cabello. Como nos explican los expertos de Corporación Capilar, el verano es el periodo del año que más daña el pelo, el sol, cloro, la sal del mar, la arena y otros factores que se dan sólo en esta época del año provocan que el pelo sufra mucho más de lo normal sufriendo en el 90% de los casos problemas de deshidratación. Para ello, pasada la temporada y una vez de vuelta conviene pasar por la peluquería para sanear el cabello post verano. Además, a la vuelta del verano evita, todo lo que puedas, llevar cubierta la cabeza. El cuero cabelludo debe, ahora, respirar.
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