Otoño, con esas tardes cada vez son más cortas y ya empiezan a ser frescas, en las que nuestro cuerpo necesita relax, sin más plan que disfrutar del hogar. Y es que, ¿hay algo más placentero que llegar tras una agotadora jornada laboral a casa y disfrutar de un baño relajante? ¿O aprovechar una tarde de domingo metida en la bañera (en el caso, claro está, de disfrutar de este accesorio de baño)? Lo cierto es que es una sensación más que agradable, y es que puedes conseguir olvidar todo lo demás durante unos minutos. Te resumimos una serie de consejos para que saques provecho a estos momentos de relax
1. Prepara todo lo que te hará falta. Lo primero es organizar el ritual, poner al alcance de la mano todo aquello que vas a necesitar: desde una buena esponja a una toalla suave, pasando por geles, sales de baño, jabones, cremas corporales para aplicarlas nada más salir del agua o productos basados en la aromaterapia. Son muchas las líneas existentes en el mercado que hacen del baño un auténtico lujo, cuyos productos limpian, tonifican, relajan, hidratan y revitalizan nuestra piel.
2. Es importante crear una ambiente acogedor y para conseguirlo puedes, además, aderezar el baño con una música relajante y unas cuantas velas aromáticas encendidas -eso sí, con precaución-... la placentera sensación será total.
3. Tómate tu tiempo. Si quieres aprovechar al máximo esta experiencia ten en cuenta que has de reservarte un tiempo para ti misma. Hay que convertir la hora del baño en un tiempo de relajación sólo para ti
4. Al margen de proporcionarte un rato agradable, el baño puede convertirse en un buen aliado para tu piel, y es que una de las claves de un cutis de seda es el baño. No olvides que ya los romanos descubrieron sus ventajas y las pusieron en práctica en las termas y baños públicos.
5. Aprovecha ese tiempo para descansar no sólo el cuerpo, sino también la mente, ocupándola con pensamientos que te resulten agradables.
6. El tiempo ideal para un baño está entre 10 y 15 minutos, en función del tipo que elijas, relajante o revigorizante (en este último caso no debe estar más de cinco minutos dentro del agua).
7. ¿Y la temperatura? Depende de la que tu cuerpo esté dispuesto a tolerar, pero nunca por encima de los 37-38º (poco más que la temperatura corporal). Para los casos de reumatismo o molestias óseas, el calor es bueno, mientras que para combatir la flacidez o la celulitis no es lo más recomendable. Si eliges la noche para darte un baño, casi se garantiza que dormirás relajado, y no está de más acabar la sesión con una ducha de agua más templada, para activar la circulación.
8. No descartes disfrutar de una infusión de hierbas relajantes, como la tila, aunque siempre en taza de material irrompible para evitar accidentes.
9. Para completar esta cura de belleza, puedes aprovechar los minutos que estás dentro de la bañera para aplicarte una mascarilla calmante, purificante, hidratante o relajante sobre la cara. Una vez dentro, relájate, cierra los ojos, desconecta del mundo. Cuando salgas, todo parecerá nuevo.
10. Intenta salir de la bañera poco a poco para no marearte, sin levantarse nunca de forma brusca.