El iluminador es una de las ‘herramientas estrella’ de muchos maquilladores profesionales. Un producto versátil, que bien aplicado, ayuda a mejorar el aspecto de un rostro cansado. Y es que no sólo están pensados para atenuar las ojeras: sobre todo, nos ayuda a darle vida al rostro. Y es que un pequeño toque de iluminador puede hacer que te veas más guapa con apenas un sencillo toque.
¿Sabes dónde aplicarlo?
Sus zonas de aplicación son:
- Bajo la ceja, especialmente al final de la misma.
- En el lagrimal, para darle más luz.
- En el primer tercio de la ojera, para descansar la mirada.
- En las aletas de la nariz, para iluminar
- Y en el centro del labio superior, para marcar más su forma.
Pequeños trucos
-No lo extiendas demasiado, sino aplícalo mediante suaves golpecitos, a toques, para fijarlo.
-El iluminador tiene pequeñas partículas reflectantes y es muy claro, pero no está destinado a tapar, sino a realzar, a dar brillos y luminosidad
-Se aplica justo bajo el arco de la ceja o bien en la parte más alta del hueso de las mejillas. Traza una curva imaginaria que vaya desde la cola de la ceja hasta ese hueso alto de los pómulos, acercándose a la sien en esa curva. Para encontrar el punto, esboza una sonrisa exageradísima y, allí donde tu cara se eleva más, estará ese punto de lo alto de los pómulos.