Mediados de septiembre, las vacaciones tan lejos que sólo las recordamos cuando volvemos a ver las fotos en la cámara, la rutina totalmente instaurada en nuestras vidas. Si no quieres que se te haga demasiado cuesta arriba el mes, vamos a darte una sugerencia: ¿por qué no concederte un capricho y realizar una escapada a un spa urbano? Nada mejor para comenzar el curso que dedicarse un día a disfrutar de los placeres del agua, el masaje y salir más guapa y energética. No te pierdas nuestros consejos para disfrutar al máximo de la experiencia.
- Para disfrutar al máximo la experiencia relajante hay que ir con tiempo. No sirve de nada trasladar nuestra aceleración y prisas de cada día a una experiencia que ha de ser calmada.
- Se recomienda llegar con al menos quince minutos de antelación al spa. De este modo se pueden disfrutar más las zonas de relax.
- Fuera móvil: en estos espacios los sonidos molestos están ¡muy! mal vistos.
- Si se ha reservado un tratamiento de estética y se anula sin avisar al menos 24 horas antes, los centros tienen derecho a cobrar ese servicio.
- En los spas suministran toallas, pero no siempre zapatillas o gorros de baño. Ante la duda, es mejor llamar para preguntar cuáles son los requisitos y que se ofrece en las instalaciones.
- Los circuitos de aguas son especialmente recomendables para personas con trastornos circulatorios, problemas respiratorios (especialmente el hammam y la terma) y con dolores en las articulaciones. Son además una terapia antiestrés tan agradable como sencilla de practicar.
- Las personas con problemas cardiacos o con la tensión muy baja deben evitar la sauna, al igual que las embarazadas. El feto no puede refrescarse a través del sudor, y tanto calor puede ser perjudicial para él.
- No conviene quitarse las zapatillas de piscina: si bien estos sitios suelen estar muy limpios, eso no es garantía de no poder contagiarse unos hongos.
- No se deben realizar los circuitos tras una comida copiosa. Los cambios de temperatura extremos pueden provocar cortes de digestión.
- A los niños mayores de nueve años les puede divertir mucho realizar un circuito de aguas: puede ser un forma diferente de pasar tiempo con ellos.
- Si se ha reservado algún tratamiento corporal o facial, es preferible hacerlo tras el circuito de aguas, ya relajada y descansada. Los efectos serán más notables.
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