Los aditivos alimentarios que conviene evitar
Muchas enfermedades del siglo XXI están relacionandas con nuestra alimentación, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Bacterías, químicos... Nuestra experta en nutrición nos habla esta semana de los aditivos alimentarios.
La industria alimentaria en los últimos tiempos se ha desarrollado mucho consiguiendo de esta manera abastecer a una población cada vez más numerosa. Para poder conseguir alimentarnos a todos ha necesitado de la utilización de unas sustancias llamadas aditivos; que, gracias a ellos, el alimento se conserva más tiempo de lo normal y se mantienen ciertas propiedades organolépticas que satisfacen más al consumidor.
Estos aditivos, en su mayoría, son inofensivos pero sí que existen algunos que si se consumen en exceso, es decir, que acumulemos mucho de este aditivo en el organismo, pueden tener efectos malignos en nuestro cuerpo. Por ello, mi recomendación es, simplemente, no abusar de ningún alimento que tenga algún aditivo de los que voy a mencionar a continuación - y limitar su consumo a pequeñas cantidades o no hacerlo todos los días-. De esta manera, a nuestro organismo le dará tiempo a eliminarlo.
Estos son algunos de los aditivos que debemos controlar su consumo porque, en cantidades extremas, pueden ser perjudiciales:
- Glutamato monosódico ( E-621): es un potenciador del sabor semisintético. Es muy utilizado en la cocina asiática. Se utiliza en fideos chinos, arroz, sopas en polvo, snacks, encurtidos en conserva, productos cárnicos y derivados del pescado entre otros. Es potencialmente neurotóxico, capaz de destruir neuronas del cerebro con gran rapidez.
- Aspartamo ( E-951): Es un edulcorante sintético bajo en calorías que se utiliza en alimentos que se comercializan como bajo en azúcares. Se utiliza en refrescos de cola, chicles, zumos de frutas y en general en los llamados “productos sin azúcar”. Puede tener efectos cancerígenos.
- Amaranto ( E- 123): es un colorante sintético que se utiliza en pastelería, caramelos y fruta confitada. Tiene efectos mutagénicos y puede provocar asma en niños.
- Galato de propilo ( E- 310): antioxidante sintético. Se utiliza para que las grasas no se oxiden produciendo olores desagradables. Se utiliza en leche en polvo, sopas en polvo, aceites vegetales (excepto el de oliva), chicle, grasas animales, puré de patata en copos... No recomendado en niños y mujeres embarazadas. Puede provocar insomnio, urticaria, asma, infección en el hígado, problemas digestivos, etcétera, si se consume en dosis muy altas.
- Nitrito de sodio ( E- 250): se utiliza para prevenir el crecimiento de bacterias y microbios y la conservación de carnes curadas y embutidos salados. Se utilizan en productos elaborados con jamón, carne y pescado. Se consideran cancerígenos en el organismo.
Estos son algunos de ellos, existen más, pero también, como he dicho anteriormente, la gran mayoría son inofensivos. Mi recomendación es que el 90% de nuestra alimentación sea de comida fresca, no industrializada y, muy variada.
Quizás también te interese...
Enemigos invisibles: las bacterias en los alimentos
¿Qué nos dice el etiquetado de los alimentos?
El consumo de carne roja y sus efectos para la salud
Los alimentos fermentados y sus beneficios para la salud digestiva