Tu primer día de gimnasio: la cinta

por hola.com
Es tu primer día de gimnasio y ¡vaya! no hay monitor. Miras para un lado y para el otro, pero allí no ves más que clientes que parece que hayan nacido en el propio gimnasio. Ante todo tranquilidad. Aquí van algunos consejos que pretenden ayudarte en tu primer día en la cinta.


1. Que no se note que eres nueva

Dirígete a una cinta de correr y súbete encima. Ten cuidado en dejar la toalla o ropa en el suelo o en los cajones que tiene la cinta para depositarlas, porque, en cuanto empieces a correr sobre la cinta, todo se mueve, y corres el riesgo de que se caígan y tropieces con ellas.

Antes de empezar debes tener localizado el sistema de emergencia; puede ser un botón rojo, una palanquita, una cable con un imán que al saltar para la cinta, lo que sea pero es bueno que sepas cómo usarlo. Nunca se usan, yo en todos estos años en los gimnasios nunca he visto a nadie que lo hay necesitado, pero no está de más conocerlo.

3. ¡A caminar!

Ahora sí, busca un botón que se llame “inicio rápido” y apriétalo. Ahora la cinta se pondrá a una velocidad mínima, no te asustes, arrancará a una velocidad tan baja que te desconcertará. ¡Seguro que piensas que nunca has caminado tan despacio! Por eso sube la velocidad rápidamente, a 3 Km/h es ideal para los primeros minutos. Eso sí, confirma que la velocidad esté en kilómetros y no en millas.

Al ponerse la cinta a 3 km/h sentirás una especie inestabilidad porque lo más normal es que te hayas agarrado la barra frontal o a las barras laterales como un bebé se agarra a un tacatá. Trata de ir irguiéndote a la vez que alargas tus pasos y te vas soltando de las barras. Al fin y al cabo, sabes andar, ¿no? Pues esto, básicamente, es andar.

4. ¿Preparada para tu primera carrera?

Camina un par de minutos a 3-4 km/h y cuando veas que llevas un caminar natural, idéntico al que llevas por la calle, con los brazos sueltos y totalmente erguida, es el momento de subirla a 5-6 km/h. ¡Ojo!, esto significa caminar deprisa, bastante deprisa, así que esmérate, no vayas más despacio de lo debido, trata de estar siempre en una posición muy adelantada en el tapiz, que vayas cómoda, pero que te quede mucha cinta por detrás.

5. Un último empujón

A esta velocidad el cuerpo ya casi te pide correr, así que, si te sientes cómoda, sube un puntito y a correr. Correr a 6 o a 7 es un ritmo muy tranquilo, no tendrás problemas para seguirlo y te sentirás mucho más cómoda corriendo a 7 que caminando a 6. A partir de aquí, el cielo es el límite, dependiendo de tu estado de forma podrás subir más o menos la velocidad y aguatar más o menos tiempo.  Una vez te hayas familiarizado con la máquina, te animo a que pruebes estas 5 sesiones distintas para correr en la cinta.

Aún así, si eres novata en la cinta déjame que te de varios consejos extra:
  1. Seguramente, al bajar te vas a marear las dos o tres primeras veces, pero no tengas miedo. No tiene nada que ver con la presión sanguínea o con el esfuerzo, sencillamente es el efecto barco: has estado corriendo y nada a tu alrededor se movía, en cuanto las cosas se vuelven a mover te mareas un poco, pero no va más allá de un par de minutos.
  2. Ten cuidado con los espejos o las teles laterales. Si miras algo que está a un lado de la cinta, el cuerpo tiende a ir hacia ese lado, céntrate en sentido metafórico y literal.
  3. Haz simulacros de salida. Cada vez que subas la velocidad haz un simulacro de salida, es decir, agárrate a los laterales y pon los pies en las plataformas al lado del tapiz. Si puedes hacer el movimiento de salida de la cinta con cierta naturalidad irás mucho más tranquila.

¡No te pierdas más consejos sobre la cinta de correr!