El pan engorda. ¡Falso! El pan es rico en hidratos de carbono, que constituyen la base de la dieta mediterránea. Lo que aumenta las calorías del pan suele ser lo que acompaña: mermeladas, mantequillas, salsas, embutidos… Lo que nos engorda es comer más de lo que gastamos, por ello es importante acompañar la dieta con ejercicio físico. No te pierdas:Las 7 reglas de oro para comer sano.
Comer fruta como postre engorda. ¡Falso! La fruta aporta las mismas calorías antes o después de las comidas. Aunque sí es cierto que, gracias a su contenido en fibra y agua, tomar fruta antes de la comida produce un efecto saciante. Por último, recuerda que una dieta sana y equilibrada debe incluir al menos 3 piezas de fruta al día – y mejor si son cinco-. No te pierdas: 5 frutas que adelgazan.
Beber agua durante las comidas engorda. ¡Falso! El agua es un alimento acalórico y, por tanto, no engorda tanto si se toma antes como durante o después de las comidas. Sí produce un efecto saciante al ser ingerida antes de las comidas, por lo que se recomienda en dietas de adelgazamiento. ¿Cuál es la cantidad recomendada de agua al día? Entre el 60 y el 70 % de nuestro peso corporal es agua y para mantenerlo se necesita entre 1,5 y 2 litros diarios.
Saltarse una comida adelgaza. ¡Falso! Lejos de ayudarnos a perder peso, como mucha gente piensa, saltarnos una comida no sólo no nos ayudará a conseguir este propósito; sino que se trata de un mal hábito que nos perjudica. Los especialistas aconsejan realizar 5 ingestas diarias (desayuno,media mañana, comida, merienda y cena). De esta manera, activamos nuestro metabolismo y evitamos la ansiedad de llegar con hambre a las siguientes comidas. Si se quiere perder peso es importante evitar alimentos muy energéticos y reducir el tamaño de las raciones. No te pierdas: Los 10 mejores alimentos para perder peso | Alimentos que engordan más de lo que pensabas
Mezclar hidratos y proteínas engorda.¡Falso! Seguro que has oído hablar de las dietas disociadas, que consisten en no mezclar en la misma comida alimentos ricos en hidratos de carbono (cereales, pasta, patatas…) con alimentos proteicos (carne, pescado, huevos…). Este tipo de dietas se basan en la creencia de que el aumento de peso es consecuencia de una mala digestión por combinar estos dos grupos de alimentos. Sin embargo, los especialistas en nutrición nos advierten de que esto no tiene ningún fundamento científico, dado que los alimentos son una mezcla de nutrientes. No te pierdas: Así debería ser tu plato para una dieta sana y equilibrada.
Lo light adelgaza. ¡Falso! No se debe olvidar que un producto light es aquel que contiene menos calorías (un 30% como mínimo) que su versión no light; lo que no significa que se pueda abusar de ellos porque, en algunos casos, siguen teniendo muchas calorías (por ejemplo, patatas fritas de bolsa). Los expertos recomiendan leer el etiquetado del producto light y del producto no light para comparar y elegir el que mejor se ajuste a nuestras necesidades. No te pierdas: 5 alimentos que no deberías comer en exceso.
Los productos integrales adelgazan. ¡Falso! Las harinas y cereales integrales tienen prácticamente las mismas calorías que los productos refinados. La diferencia es que los alimentos integrales tienen mayor contenido de fibras y minerales, por lo que se recomienda su consumo en la alimentación diaria.
Los alimentos que llevan grasas vegetales son más sanos. ¡Falso! Muchos productos indican en sus etiquetas que contienen “grasas o aceites vegetales”. Esto puede confundir al consumidor porque se asocian con grasas que tienen algún beneficio para la salud, por ejemplo, aceite de oliva o de girasol. Sin embargo, la mayoría contienen grasas saturadas procedentes del aceite de coco y de palma –que alteran la salud cardiovascular-. Evita estos productos y escoge entre aquellos de origen vegetal, como el aceite de oliva y de semillas (girasol, maíz, soja) o frutos secos.