Cuando eres corredor habitual y llevas años entrenando son muchos a los que su cuerpo y su mente les pide “algo más” y deciden incrementar sus retos con puebas combinadas tipo duatlón y triatlón.
Para dar el gran salto lo mejor es conocer bien en qué se basan este tipo de pruebas, probar poco a poco las otras disciplinas y comenzar despacio y con retos sencillos. Por ejemplo, es buena idea comenzar con modalidades menos complicadas, como las llamadas sprint, ya que las distancias son más cortas y así iremos progresando poco a poco pero con continuidad y dominando las transiciones entre pruebas. Esto es importante, ya que podemos ser muy buenos en las tres disciplinas, pero, después de rodar en la bicicleta ciertos kilómetros, el comenzar a correr puede ser tremendamente duro y complejo.
Los corredores que pasan a ser futuros triatletas suelen llevar peor la natación, ya que es una actividad que dominan menos por poca práctica. Sin embargo, una vez que consiguen hacerse con ella tienen la ventaja de que la carrera es decisiva en este tipo de pruebas y consiguen ser de los mejores.
Para conseguir llegar a estas pruebas en plena forma se requiere de muchas horas de entrenamiento; también en el plano psicológico. Un buen ejemplo de entrenamiento sería:
- Running: 4 días/semana (lo que se suela entrenar habitualmente)
- Ciclismo: 2-3 días/semana (20-40 km)
- Natación: 4 días/semana (entrenamientos de mínimo 1 hora)
- Combinar con entrenamiento de fuerza y con descansos o recuperaciones.