En los últimos tiempos hemos oído hablar de tantos tipos diferentes de dietas, alimentos con propiedades ultramilagrosas, y un sinfín de productos dietéticos que prometen acabar de una vez con la grasa, que hablar de obesidad y sobrepeso debería estar demodé. Sin embargo, la OMS ha calificado la obesidad de epidemia global y estima que en el año 2015 habrá 2.300 millones de personas adultas con sobrepesoy más de 700 millones de obesos. De hecho, cada vez son más las personas que reconocen seguir algún tipo de dieta para adelgazar. A veces autoimpuestas, sin supervisión médica, algunas de ellas pueden llegar a representar un verdadero riesgo para la salud del paciente que, empujado por sus deseos de perder peso o por mera desinformación, no es consciente del daño que puede estar causando a su organismo. Para ayudar a poner un poco de orden, reconocer qué dietas pueden resultar más peligrosas o cómo podemos prevenir la obesidad de una manera sencilla, hablamos con la doctora Herminia Rodríguez Rosas y la nutricionista Laura Torrellas, del gabinete médico endocrino de los Hospitales San Roque de las Palmas de Gran Canaria, una de las regiones españolas con más tasa de obesidad por habitante.
Rehúye las dietas de moda
“Los endocrinos estamos en contra de las dietas disociadas, las dietas tipo Arkins, Dukan, dietas hiperproteicas… Cada una por motivos diferentes pero, a medio/largo plazo, todas conllevan problemas asociados".
¿Dieta paleolítica? No, gracias
Se trata de una dieta hiperproteica, muy rica en proteínas (carnes, pescados… ). Suele utilizarse mucho en los gimnasios para ganar y definir músculo. “Este tipo de dietas hiperproteicas no son muy saludables. En los gimnasios se tiene la creencia de que cuánta más proteínas se ingiera más grasa muscular desarrollas y eso no es así realmente. En cambio, sí puedes tener problemas serios de salud por el exceso de proteínas. Por ejemplo, una insuficiencia renal. Una persona joven puede aguantar más una dieta hiperproteica, pero a partir de los 50 – 60 años empezará a tener más problemas".
¡Los carbohidratos no son tus enemigos!
Sin tener problemas celíacos, mucha gente ha decidido eliminar el gluten de la dieta porque tienen la creencia de que les predispone al sobrepeso. Sobre esta cuestión, las expertas de Clínica San Roque nos recuerdan la importancia de los hidratos de carbono para nuestra salud. “Los hidratos son esenciales para todo. El cerebro, por ejemplo, se nutre exclusivamente de glucosa. Una dieta sin hidratos de carbono presenta unos síntomas característicos: dolor de cabeza, malestar general, cansancio, apatía, problemas para concentrarse… que pueden llegar a resultar graves si la dieta es muy restrictiva. Podemos considerar que una dieta es muy baja en carbohidratos cuando tiene menos de 100 gramos al día. Estaríamos hablando de una dieta cetogénica, en la que aumentan los cuerpos cetónicos (que son los responsables de que nos sintamos mal), esto es debido a que comienza una combustión grasa y se empiezan a eliminar los depósitos grasos del cuerpo. Tampoco debemos cometer el error contrario, que sería excedernos en la cantidad de hidratos que tomamos". Lee más: A fondo: la dieta cetogénica.
Superalimentos sin poderes mágicos
“A día de hoy no hay estudios serios que hayan demostrado que un alimento tiene una eficacia fuera de lo normal en lo que sea… Son modas que, además, en España tienen gran acogida porque incluso en las propias farmacias encontramos un montón de publicidad de productos dietéticos que se sabe que no tienen ninguna base científica y que, a pesar de ello, se siguen vendiendo. Y cada vez más. También internet hace mucho daño con la infinidad de dietas que circulan sin control (que si la dieta de la alcachofa, las dietas tipo Atkins...). Esto no debería estar permitido porque se está jugando con la sensibilidad de muchas personas que le ponen toda su fe a un producto determinado, a un alimento, a un suplemento o a lo que sea y luego les generan muchas frustraciones”.
La clave, el ejercicio
“Somos muy sedentarios y si tomamos como referencia el día a día de una persona cualquiera, pronto nos damos cuenta de que pasamos la mayor parte de nuestro tiempo sentados: en el trabajo, en el sofá de nuestra casa… En cuanto una persona empieza a hacer algo más de ejercicio y modifica su estilo de vida, se empiezan a notar los cambios".
10.000 pasos al día son suficientes
En EEUU ahora están muy de moda los planes que te dicen cuánto ejercicio tienes que hacer para prevenir la obesidad y para llegar al normopeso. Por ejemplo, se suele medir por cantidad de pasos y recomiendan que, para evitar la obesidad y para tratarla, basta con un mínimo de 10.000 pasos al día. “Para ello, en la consulta recomendamos al paciente que se compre un podómetro, un contador de pasos, una aplicación de móvil… Eso sí, no vale caminar a un paso de ir viendo tiendas, sino caminar a un paso de marcha, que nos haga un sudar un poco. Con eso, de 30 a 45 minutos es suficiente para bajar de peso”.
Dieta mediterránea: la única dieta que no pasa de moda
“A día de hoy lo que está demostrado es la proporción que tenemos que tener de cada nutriente que ingerimos. Más o menos suele ser entre el 50 y el 60% de hidratos de carbono –depende de la persona y del tipo de hidratos de carbono porque los hay malos (dulces, azúcares refinados, etc) y buenos (arroz, pasta, pan, patatas, los cereales… )-. El resto debería ser el 15-20% de proteínas y el resto grasas no saturadas. Y eso es la dieta mediterránea tradicional, que nos garantiza una menor incidencia de enfermedades cardiovasculares y que prolonga la supervivencia. También se habla de menos incidencia en algunos tipo se cáncer asociados a obesidad o a la mala alimentación”.