Mucho se ha hablado sobre las bondades y los peligros de la dieta cetogénica que sirve de base para muchos planes de adelgazamiento -algunos muy conocidos como, por ejemplo, el método Dukan, Pronokal, la dieta del Dr. Atkins o la conocida dieta de la Zona-. Algunos estudios como este, elaborado por un grupo de investigadores del Centro Médico del Veterans Affairs de Pittsburgh, apuntan incluso a que una alimentación carente de carbohidratos y rica en proteínas y grasas podría ser clave en la lucha contra el cáncer. La razón radicaría en que las células tumorales no pueden servirse de la cetosis para obtener energía (ya que dependen en gran medida de la glucosa para sobrevivir). Sin embargo, muchos profesionales de la salud, como la doctora Josefina Vicario no están nada de acuerdo con tales alegaciones. "No es una referencia en absoluto científica. La mejor dieta contra el cáncer es la Mediterránea, a base de frutas y verduras, con alimentos suaves que no hagan trabajar al hígado y buscando alimentos alcalinos, no ácidos. La mejor dieta para combatir el cáncer es la que mantiene el pH en 8.4, pero, por supuesto, también hay que seguirla bajo control médico", sostiene.
¿Puede suponer la dieta cetogénica un riesgo para la salud?
Las dietas cetogénicas son todas aquellas que conocemos como proteicas, en las que sólo se comen proteínas. También lo son las dietas del hambre, es decir, las dietas del ayuno en las que no se ingiere más que algún caldo y líquido. “Tanto una dieta como la otra entrañan peligros y deben seguirse bajo riguroso control médico y sabiendo que van a provocar desequilibrios, bebiendo mucha agua y controlando la glucosa. Para empezar hay que descartar cualquier problema diabético con una analítica, ya que en este caso no se puede seguir este tipo de dieta por problemas de salud. Las bondades de este tipo de dieta es que la grasa se degrada muy deprisa”, nos especifica la doctora de las Clínicas Vicario.
¿Qué es la cetosis?
“Es una situación metabólica del organismo causada por la falta de glúcidos y carbohidratos, lo que provoca que el organismo utilice la reserva de grasa para conseguir energía y generar la acetona. Esta es la razón de que la grasa se queme muy deprisa; pero, en realidad, el organismo acusa un desequilibrio metabólico y orgánico que necesita un estricto control médico de la glucosa a través de analíticas en sangre”.
¿Debemos desconfiar de los planes de adelgazamiento de moda basados en la dieta cetogénica?
“En el equilibrio es donde vamos a encontrar la salud y los resultados que deseamos. Pronokal, por ejemplo, se basa solo en la proteína láctea y desde nuestras clínicas lo desaconsejamos. Abogamos por una dieta mixta, que se basa en la proteína pero introduciendo fruta y verdura de forma muy controlada, vigilando horarios de ingesta y calculando la combinación de alimentos para que las digestiones sean más rápidas. De esta manera, se evita la hinchazón y retención de líquidos, que es lo que empeora la acumulación de grasa. Como decía antes, deberíamos reducir los alimentos ácidos como la carne de cerdo, de vaca, marisco y harinas y lácteos. Por supuesto, reduciendo el alcohol, las grasas saturadas y los refrescos azucarados. Y, por el contrario, introducir alimentos alcalinos: fruta y verduras, espinacas crudas, brócoli, pepinos, col de Bruselas, frutos seco, limón… Conseguiremos una alimentación sin carencias y equilibrada”, concluye la doctora.