Cómo estar en forma después de los 30
Aunque hayas cumplido ya los 30, si te has cuidado a los 20, sigues teniendo un cuerpo de 20 (aunque tu carnet de identidad diga lo contrario). Tu musculatura está más fuerte y formada que nunca, tu piel está en su sitio y tus articulaciones están como nuevas. Es el caso de algunos rostros conocidos como Kate Middleton, Jessica Biel, Halle Berry... y otras tantas que lucen cuerpos estupendos gracias al deporte. Pero no te preocupes si tus 20 no han fueron tan activos, todavía estás a tiempo de empezar y conseguir los mismos resultados que si hubieras hecho deporte toda tu vida. ¡Vamos a ver cómo!
No haber sometido al cuerpo a grandes esfuerzos también tiene sus ventajas. Podríamos decir que tu cuerpo está por estrenar; así que va a reaccionar bien al estímulo del entrenamiento. Por un lado, no ha sido maltratado a los 20 y, por el otro, aún no ha entrado en fase degenerativa por inactividad propia de edades más avanzadas. Eso sí, no lo demores más, esta década es la que va a marcar una mayor diferencia entre las que entrenáis y las que no. A partir de los 40 el rendimiento físico ya no es el mismo. Como se dice en el argot de los entrenadores y los médicos, los músculos tienen memoria y tenderán a volver a las capacidades que han sido desarrolladas la mayor parte de su vida.
Es en esta edad cualquier actividad te va bien, tu cuerpo acepta de buen grado todo ejercicio, desde baile a deportes de impacto. Cuando lleves un tiempo incluso notarás que tu cuerpo te pide esfuerzos más intensos: correr más tiempo, levantar más kilos y hacerte dos clases seguidas. Es porque, como decíamos, a los 30 estás en tu mejor momento. Sin embargo, es conveniente que empieces a trabajar ejercicios específicos para las zonas concretas que más quieras cuidar o que ves que tu cuerpo necesita. Por ejemplo, para mantener glúteos y los tríceps en su sitio. Para ello, es recomendable que incluyas ejercicios específicos de estas zonas en máquinas o con peso libre.
Aunque tu cuerpo está a tope en cuanto a rendimiento, a los 30 debes empezar a tener cuidado de las comilonas y de los abusos de alcohol, pues los problemas circulatorios pueden provocar varices y fomentar la celulitis. Además, es en esta edad donde vas a fijar una serie de hábitos alimenticios que marcarán el tipo de cuerpo que te acompañará el resto de tu vida. Así como en el deporte tienes barra libre, no es así en la alimentación.
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No haber sometido al cuerpo a grandes esfuerzos también tiene sus ventajas. Podríamos decir que tu cuerpo está por estrenar; así que va a reaccionar bien al estímulo del entrenamiento. Por un lado, no ha sido maltratado a los 20 y, por el otro, aún no ha entrado en fase degenerativa por inactividad propia de edades más avanzadas. Eso sí, no lo demores más, esta década es la que va a marcar una mayor diferencia entre las que entrenáis y las que no. A partir de los 40 el rendimiento físico ya no es el mismo. Como se dice en el argot de los entrenadores y los médicos, los músculos tienen memoria y tenderán a volver a las capacidades que han sido desarrolladas la mayor parte de su vida.
Es en esta edad cualquier actividad te va bien, tu cuerpo acepta de buen grado todo ejercicio, desde baile a deportes de impacto. Cuando lleves un tiempo incluso notarás que tu cuerpo te pide esfuerzos más intensos: correr más tiempo, levantar más kilos y hacerte dos clases seguidas. Es porque, como decíamos, a los 30 estás en tu mejor momento. Sin embargo, es conveniente que empieces a trabajar ejercicios específicos para las zonas concretas que más quieras cuidar o que ves que tu cuerpo necesita. Por ejemplo, para mantener glúteos y los tríceps en su sitio. Para ello, es recomendable que incluyas ejercicios específicos de estas zonas en máquinas o con peso libre.
Aunque tu cuerpo está a tope en cuanto a rendimiento, a los 30 debes empezar a tener cuidado de las comilonas y de los abusos de alcohol, pues los problemas circulatorios pueden provocar varices y fomentar la celulitis. Además, es en esta edad donde vas a fijar una serie de hábitos alimenticios que marcarán el tipo de cuerpo que te acompañará el resto de tu vida. Así como en el deporte tienes barra libre, no es así en la alimentación.