Y no, jugar a palas en la playa o caminar rápido por la orillita no son alternativas reales al gimnasio. Está claro que es mejor eso que nada, pero para no bajar el ritmo necesitas actividades más fuertes.
Estas vacaciones, aunque estés a cientos o miles de kilómetros de tu gimnasio, puedes seguir entrenando, incluso puedes mejorar tu entrenamiento, probando nuevas disciplinas favorables a las diferentes cualidades físicas. Aquí te dejamos 7 ideas para que elijas:
Para mejorar la elasticidad: yoga en la playa. Si eres de las que veranea en la playa, en un municipio más o menos turístico, puedes recurrir a las clases de yoga que se ofrecen en las playas de nuestro país. Generalmente las ofrecen los ayuntamientos, así que entrando en su web verás los horarios y localizaciones. Si no es así, indaga un poco y verás cómo encuentras. Es una excelente manera de empezar un día de vacaciones, saludando al sol en la playa.
Para ganar fondo: sal a correr. No por multitudinario deja de ser una gran alternativa. En verano correr es aún mejor que en invierno. Casi todos los grandes corredores prefieren correr con calor que con frio. Evidentemente no lo hagas a las horas de mayor temperatura, no te vayas a deshidratar.
Para desarrollar la coordinación: juega a tenis o a padel. En todos los clubes de ciudades turísticas hay una sección en el tablón de anuncios reservado para aquellos que vienen a veranear sin conocer a gente y buscan partida. Es una manera excelente de conocer gente nueva y de disfrutar de un deporte divertido.
Para trabajar la fuerza: busca una montaña. Otro clásico del verano, el montañismo. Bien pateando o bien en bici, la pendiente de la montaña es un gimnasio en sí misma. Nada que ver un paseo en bici o andando por la playa que una buena subida, y todo ello con el ambiente mucho más fresco. Sube de nivel tus paseos, sube a la montaña.
Para fomentar el equilibiro: deportes de vela. Los deportes de vela u otros con tabla como el surf, son grandes desarrolladores del equilibrio. Disfrutar en un ambiente fresco y relajado, y además, el mar tiene algo especial que te ayuda a desconectar mucho más rápido.
Para aumentar tu capacidad pulmonar: snorkel. Si tienes la suerte de poder acceder a una buena zona de snorkel como una cala o unas playas de agua cristalina, aprovecha para llevarte las aletas, el tubo y las gafas. Con el snorkel se te pasa el tiempo volando, a la vez que estás haciendo ejercicio y mejorando capacidad pulmonar y el ritmo respiratorio.
Para tonificar tus piernas: patina. Patinar es tal vez el ejercicio que da mejor forma a las piernas y glúteos. El ritmo constante y el hecho de que las piernas, además de moverse adelante y atrás, también lo hagan lateralmente, provoca que trabajen todos los músculos del muslo y cadera, dejando esta zona muy bien tonificada.
¡Este verano no tienes excusa para trabajar la cualidad que prefieras mejorar!