Una tabla, una cometa y ganas de comerse el mundo. Desde que consiguió su primer título con tan sólo 10 años, Gisela Pulido trabaja incansablemente para seguir haciendo historia mientras disfruta de un deporte que se ha convertido en una forma de vida, y que le permite dar rienda suelta a otros de sus hobbies como viajar y la fotografía -de hecho, este año la catalana es embajadora de la marca de cámaras deportivas Nilox-. Desde Tarifa, donde vive con su familia y dónde instaló hace unos años su propia escuela de kitesurf, Gisela nos anima a experimentar el intenso cóctel de emociones que provoca.
¿Qué palabra escogerías si tuvieras que definir el kitesurf?
Libertad.
¿Qué es lo mejor que te ha dado el kitesurf? ¿Por qué lo recomendarías como deporte?
El kitesurf es mi pasión, lo que me hace feliz. Lo llevo practicando desde los 8 años y la sensación que produce es espectacular. Nunca me casaría. Cada vez hay más personas que lo practican y todos me dicen lo mismo, que les encanta. Una vez que lo pruebas ya no puedes dejarlo, genera mucha adicción y puede llegar a ser un problema si vives en una ciudad sin mar. ¡Tendrías que escaparte todos los fines de semana a navegar a Tarifa! (risas).
¿Qué es lo que debe saber cualquier persona que quiera iniciarse de manera no profesional?
Lo más importante es iniciarse en una escuela de kitesurf especializada con instructores certificados para que te enseñen de la mejor manera posible. No es recomendable iniciarse por cuenta propia, por tu seguridad y la del resto de personas que están en la playa.
¿Qué diferencias encontramos con otras modalidades como el surf, el windsurf…?
El kitesurf es una combinación de todos los deportes. Puedes surfear olas, ir súper rápido por el agua, hacer maniobras de freestyle… Tú eliges lo que quieres hacer, cómo y cuándo. Por eso lo defino con la palabra libertad. Además de la oportunidad que te da el kite de navegar mar adentro, ver que estás tú solo en medio del océano rodeado de agua, sintiendo el viento en la cara o cómo te salpican las olas. ¡Es increíble de verdad!
Como habrás surcado con tu tabla casi casi los 5 océanos… ¿Cuáles son para ti las mejores playas del mundo para practicar kitesurf?
Mi lugar favorito para navegar es el norte de Brasil, en Fortaleza. Hay muchos pueblos con lagunas secretas donde el viento es perfecto. Es ideal para entrenar, no hay mucha gente y las condiciones son las mejores. Además hace calor, me encanta la cultura brasileña, cómo es la gente allí, todo el mundo es muy abierto y feliz. Pero, quizás, como destino turístico ideal os diría que Tarifa. No sólo tienes muy buen viento para practicar el deporte, también la cultura gastronómica de la ciudad es espectacular, sobre todo en la época de la Almabrada, cuando hay atún rojo del Estrecho y un ambiente genial.
¿Cómo compaginas el kitesurf con otros hobbies como viajar o la fotografía?
Cuando practico kitesurf me gusta hacer fotos de mi sesión con una cámara acuática que tengo. Siempre voy buscando que sean lo más artísticas posibles. En cambio, cuando hago turismo soy de las personas que pienso que los recuerdos se guardan mejor en la mente. La única foto que hago del viaje es para compartir con mis seguidores de Facebook, Instagram o Twitter.
¿Algún consejo para conseguir las mejores instantáneas sobre la tabla?
Sonreír es lo más importante, transmitir lo que sientes en el agua. Las fotografías a contraluz quedan muy bonitas y también aquellas en las que se ven las gotas de agua pegadas a la cámara. Un truco, por ejemplo, es colocar la cometa baja para que cuando hagas la foto salga reflejada en el mar.