Es muy importante que no confundamos los movimientos en la báscula por variaciones de líquidos con las pérdidas reales de grasa. Hay una gran diferencia porque cuando reducimos grasa adelgazamos, cuando eliminamos líquido no. Y muchos de estos productos que ofrecen estas pérdidas tan llamativas lo hacen a base de diuréticos que te reducen el líquido, pero en ningún caso las grasas.
Las mujeres tenemos unas variaciones importantes en el peso en función de los líquidos que podamos retener. Por esta razón, sí se puede perder un kilo en una buena sesión de ejercicio, si te pegas una buena sudada.
La bajada de peso por pérdida de líquidos está motivada, sobre todo, por:
- Sudoración. Se suda cuando se hace deporte o cuando se pasa un calor intenso. Después de una sesión de spinning o después de salir de la sauna es fácil que peses un kilo menos que cuando entraste, pero este fenómeno no es más que pérdida de líquidos a través de la sudoración, mecanismo que activa el cuerpo para refrescarse ante una situación de calor. La única diferencia es que en la sauna el calor procede de fuera y el durante el ejercicio el calor procede del interior de los músculos. En ambos casos la pérdida de líquidos se recupera al rehidratarse, y por tanto no podemos usar la palabra adelgazar. Si bien es cierto que durante el ejercicio quemamos una cantidad de calorías que nos viene muy bien, pero en ningún caso suficiente como para perder un kilo.
- Hormonales. Las mujeres somos más irregulares que los hombres en la báscula, y esto es consecuencia de los cambios hormonales que se producen en nuestro cuerpo a lo largo del mes. Según en el momento que estés de tu ciclo hormonal, te puedes ver con dos kilos más o con dos kilos menos, pero, por suerte, esta retención tampoco es de grasa, sino de agua; así que, a la hora de pesarte, o mejor dicho, de comparar tu peso, es bueno que lo hagas en la misma fase del mes.
- Digestivos. Son más frecuentes de lo que creemos, puesto que después de un fin de semana donde hemos comido con productos más salados y más grasos, incluso nos hemos tomado alguna copa con contenido alcohólico, debemos aumentar el consumo de líquido para neutralizar sus efectos. Así, un lunes tu cuerpo puede retener mucho más líquido que un viernes, lo que ocasiona que a lo largo de la semana se barajen pesos de un kilo y medio o dos arriba o abajo.
Artículo escrito por Elena Navarro, diplomada en Nutrición Humana y Dietética en la Universidad Complutense de Madrid.