En la sala de pesas hay muchas maneras de encarar la tonificación, pero las más frecuentes son dos:
- El entrenamiento por grupos musculares
- El entrenamiento en circuito
El segundo, el entrenamiento en circuito, consiste en cambiar de grupo muscular en cada serie, de manera que se realizaría un conjunto de unos 5-7 ejercicios por vuelta, y un total de unas 3 o 4 vueltas. Por ejemplo, un ejercicio de espalda, uno de pecho, uno de hombro, uno de tríceps, uno de abdominales, uno de glúteo y uno de pierna. Una vez completada esta primera vuelta, se comenzaría con una segunda, luego una tercera y una cuarta. Eso es un circuito.
¿Cuál se adapta mejor a ti?
El entrenamiento por series es más favorable para trabajar zonas en concreto; es decir, el estrés muscular es mayor, con lo que el músculo se cansa más y se adapta más (por tanto evoluciona más). Esto ocurre porque, al hacer todos los ejercicios de un mismo grupo muscular seguidos, el músculo descansa menos y se fatiga más. Así que, si lo que buscamos es tener unos brazos más duros o un glúteo más perfilado, esta es tu manera de trabajar.
El entrenamiento en circuito es un entrenamiento en el que cada grupo muscular descansa mucho más entre esfuerzo y esfuerzo, por lo que la fatiga muscular es menor. Sin embargo, el trabajo cardiovascular de los circuitos es bastante más exigente. Es un trabajo más pensado para la tonificación general. El trabajo de circuitos está un poco en tierra de nadie, no obedece a tonificación pura, ni a cardio puro. Sin embargo, se trabajan las dos disciplinas casi por igual, dependiendo de los tiempos de descanso. El circuito también tiene la ventaja de que se puede diseñar para trabajar el cuerpo entero.
Mi consejo, si no vas muy bien de tiempo y quieres hacer algo rápido y de mantenimiento general, los circuitos te irán bien. Si tienes tiempo, te recomiendo un entrenamiento más específico para cada ocasión.