Mejor no entrar en términos de biomecánica pura, pues nos diría que cada impacto puede ser un pequeño trauma para la articulación y, a la larga, un deterioro. Sin embargo, siendo un poco más abierto de vista, depende.
Correr efectivamente supone impactar sobre la rodilla paso tras paso; sin embargo hay beneficios que compensan este trauma. Correr aporta beneficios como el fortalecimiento de la musculatura o la pérdida de peso, fenómenos ambos que restan presión a la rodilla -ya no en cada paso de una carrera, sino en cada minuto de cada día-.
Esto significa que correr aminora la presión que recibe la rodilla en cada pequeño trauma, pero no que desaparezca. Así, cuanto más corramos, más posibilidades tenemos de tener problemas en las rodillas.
Sin embargo, los corredores de fondo de alto rendimiento padecen pocas lesiones en las rodillas, mucho menos que en otros deportes.
Primero por una cuestión de peso, y de fuerza en las piernas, como hemos tratado anteriormente; pero también hay otros factores que debes entender:
- La técnica de carrera es importante. Cada vez son más los centros especializados en detectar descompensaciones en las técnicas de carrera.
- El calzado debe ser el adecuado para cada paso, en cuanto al nivel de acolchado según el peso y también según la horma de cada calzado, que debe adaptarse perfectamente a la morfología de cada pie.
- El tipo de superficie. Cuanto más pesados seamos mejor será para las rodillas buscar suelos menos rígidos.
- Y, sobre todo, calentar y estirar correctamente para no desequilibrar la musculatura corporal.
Acerca de la alternativa de no correr para no perjudicar las rodillas, no creo que tengamos un cuerpo para no usarlo, así que disfruta de tu cuerpo, de tus carreras, de tu deporte, pero siempre tomando las medidas de precaución adecuadas con tu nivel y tu morfología.