¿La depilación es cosa de hombres?
Te contamos todos los secretos de uno de los tratamientos de belleza masculinos más de moda
Tras décadas escuchando al género femenino lamentarse sobre lo incómodo de depilarse semana sí, semana también, es normal que entren dudas a la hora de decidir si este tratamiento de belleza, que tan de moda se ha puesto en los últimos años entre los hombres, es adecuado o no para nosotros. ¿Quieres saber si va contigo? Te desvelamos todos los secretos de la depilación.
La depilación es el tratamiento que nos permite librarnos del vello corporal de manera rápida, sencilla y eficaz. El calor en los meses de verano, la estética o el hecho de no poder difrutar de un bronceado uniforme son algunas de las razones que llevan a los hombres del siglo XXI a deshacerse de por vida del vello de piernas, pecho o espalda, aunque hay algunos que van más allá y se atreven igualmente con el de las axilas, cejas o glúteos.
La depilación puede llevarse a cabo en casa, con productos pensados especificamente para los hombres (ten en cuenta que el vello masculino es más resistente, duro y abundante, al igual que la dermis tiene unas características distintas a las de la mujer), o en un salón de belleza. Nuestro consejo: la primera vez, acude a un centro de estética para que te aconseje un profesional, y, si te atreves a hacerlo en casa -es mucho más barato-, hazlo sólo sobre las zonas menos sensibles.
Existen diversos métodos de depilación, ya elijas hacerla en casa o en un centro especializado: las bandas de cera fría permiten arrancar el vello de raíz, y su duración es de unas tres semanas. La crema o espuma depilatoria es otra de las más habituales: se aplica sobre la piel, y tras dejarla actuar unos minutos, se retira con una espátula de plástico. Su efecto es similar al de una cuchilla: sus agentes químicos cortan el pelo, pero no lo arrancan de raíz, luego el efecto 'sin pelo' dura tan solo unos días. La ventaja: es totalmente indoloro.
La depilación definitiva es sin duda la más eficaz, aunque también la más cara: los tratamientos rondan los mil euros cada zona (espalda, abdomen, piernas...), aunque varía dependiendo del centro de estética al que acudas. La gran ventaja: después de unas diez sesiones, el vello comienza a debilitarse hasta desaparecer definitivamente. Puede realizase mediante láser o luz pulsada con distintos resultados.
Si vas a hacerlo en casa, no te olvides de pasar antes una cuchilla por la zona a depilar. No se trata de rasurar el vello, sino de dejarlo un poco más corto y débil para que los 'tirones' sean más llevaderos o la crema depilatoria más eficaz. Del mismo modo, evita tomar el sol el día antes o después de depilarte, especialmente si es con cera: la piel se vuelve mucho más sensible tras un baño solar, y puedes dañar las capas superficiales.