J. L. MICÓ
Un hospital norteamericano comenzará a aplicar un dispositivo que permite que los parapléjicos puedan levantarse y caminar prácticamente sin ayuda. Se trata de un esqueleto artificial diseñado por la empresa Ekso Bionics, un robot de acero y fibra de carbono dotado de una batería que le proporciona hasta seis horas de autonomía.
Gracias a este invento, presentado en la última edición de la conferencia sobre salud TedMed, mejorará la movilidad de afectados por esta discapacidad que, hoy por hoy, no tienen más remedio que trasladarse en silla de ruedas. El sistema, que cuenta con la aprobación de la Administración de los Estados Unidos, ha despertado el interés de muchos otros centros del país.
Los responsables de la firma se muestran satisfechos tras un período de investigación de diez meses que, según indican, les ha posibilitado obtener información útil para perfeccionar la máquina. Así, el director ejecutivo de Ekso, Eythor Bender, sostiene que van “por el buen camino” para cambiar “el futuro de la rehabilitación en lesiones de médula espinal”.
De momento, el precio del aparato es muy elevado —más de 76.200 euros la unidad—, por lo que sólo será vendido a hospitales, como el pionero: el Craig de Denver, en el estado de Colorado. Pero los fabricantes ya han avanzado que prevén comercializar una versión simplificada que resultará bastante más asequible para el usuario final.
La distribución de estos exoesqueletos a los centros especializados irá siempre acompañada de un programa integral de entrenamiento y servicios complementarios. Este instrumento, que debe colocarse encima de la ropa del parapléjico, por ahora ha sido desarrollado para pacientes con una altura que oscile entre 1,57 y 1,93 metros.
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