El avión más veloz se hunde en el Océano Pacífico
Fue impulsado por un cohete desde la base aérea de Vanderberg en California
Por Efe
El Pentágono lanzó ayer jueves al espacio el Falcon HTV-2, el avión más rápido jamás construido, para probarlo pero perdió el control de la aeronave en la fase de vuelo y, según los datos iniciales, el aparato se hundió en el Océano Pacífico.
El Falcon HTV-2, impulsado por un cohete desde la base aérea de Vanderberg (California), recogió datos durante más de nueve minutos hasta que una anomalía causó la pérdida de la señal, informó hoy en un comunicado la Agencia de Investigación de Proyectos Avanzados de Defensa de EEUU (DARPA).
La agencia del Pentágono retransmitió este jueves por medio de la red social Twitter la segunda y última prueba del Falcon HTV-2, que puede alcanzar velocidades 20 veces mayores a la del sonido.
La aeronave fue sometida a otra prueba en abril del año pasado pero la misión tuvo que ser abortada nueve minutos después del despegue al detectarse un fallo técnico durante el lanzamiento.
Tras este intento, los ingenieros modificaron el diseño y los patrones de vuelo del avión.
Segundo fracaso de la aeronave
A pesar de los arreglos, la misión ha vuelto a fracasar hoy y el Pentágono sigue sin "saber cómo conseguir el control deseado durante la fase aerodinámica del vuelo".
"Es desconcertante. Pero confiamos en que haya una solución, tenemos que encontrarla", reconoció el Departamento de Defensa de EEUU.
Para ello, la DARPA ha reunido a un grupo de expertos que analizarán durante las próximas semanas los datos recogidos hoy por el Falcon HTV-2.
El aparato ya había sido probado en simulaciones informáticas y túneles de viento, pero sólo las pruebas reales pueden garantizar que soporta las altas velocidades y temperaturas para las que está diseñado.
Este ingenio aeronáutico se gestó en 2003, como resultado de un proyecto del Pentágono para crear un avión que pudiera llegar a cualquier parte del mundo en menos de una hora y soportar temperaturas de casi 2.000 grados centígrados.
Las dos pruebas del Falcon HTV-2 han tenido un coste total de unos 308 millones de dólares, según datos de la propia DARPA.
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El Pentágono lanzó ayer jueves al espacio el Falcon HTV-2, el avión más rápido jamás construido, para probarlo pero perdió el control de la aeronave en la fase de vuelo y, según los datos iniciales, el aparato se hundió en el Océano Pacífico.
El Falcon HTV-2, impulsado por un cohete desde la base aérea de Vanderberg (California), recogió datos durante más de nueve minutos hasta que una anomalía causó la pérdida de la señal, informó hoy en un comunicado la Agencia de Investigación de Proyectos Avanzados de Defensa de EEUU (DARPA).
La agencia del Pentágono retransmitió este jueves por medio de la red social Twitter la segunda y última prueba del Falcon HTV-2, que puede alcanzar velocidades 20 veces mayores a la del sonido.
La aeronave fue sometida a otra prueba en abril del año pasado pero la misión tuvo que ser abortada nueve minutos después del despegue al detectarse un fallo técnico durante el lanzamiento.
Tras este intento, los ingenieros modificaron el diseño y los patrones de vuelo del avión.
Segundo fracaso de la aeronave
A pesar de los arreglos, la misión ha vuelto a fracasar hoy y el Pentágono sigue sin "saber cómo conseguir el control deseado durante la fase aerodinámica del vuelo".
"Es desconcertante. Pero confiamos en que haya una solución, tenemos que encontrarla", reconoció el Departamento de Defensa de EEUU.
Para ello, la DARPA ha reunido a un grupo de expertos que analizarán durante las próximas semanas los datos recogidos hoy por el Falcon HTV-2.
El aparato ya había sido probado en simulaciones informáticas y túneles de viento, pero sólo las pruebas reales pueden garantizar que soporta las altas velocidades y temperaturas para las que está diseñado.
Este ingenio aeronáutico se gestó en 2003, como resultado de un proyecto del Pentágono para crear un avión que pudiera llegar a cualquier parte del mundo en menos de una hora y soportar temperaturas de casi 2.000 grados centígrados.
Las dos pruebas del Falcon HTV-2 han tenido un coste total de unos 308 millones de dólares, según datos de la propia DARPA.
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