Esta propiedad del Marqués de Griñón es un espectacular palacio del siglo XIX al que se accede tras un imponente portón de hierro forjado y rodeado de cinco hectáreas de campo, entre las que se encuentran algunos viñedos y zonas verdes cuidados con mimo como el Jardín de las Mimosas, el Jardín de los Perros o el Jardín de la Grava.