Estefanía de Mónaco: 'No me asustan las arrugas si son el testimonio de una vida en la que uno ha disfrutado'
La Princesa acaba de cumplir los cincuenta años, orgullosa de cada estapa vivida y disfrutando de la madurez y de sus hijos
Para muchos los cincuenta años son un momento de reflexión, de disfrutar de la estabilidad y de hacer balance de lo vivido. Este es el caso de Estefanía de Mónaco que alcanzó esa edad el pasado 1 de febrero. Su fama de díscola quedó atrás hace muchos años para convertirse al cien por cien en una madre entregada y sobre todo feliz.
Con motivo de esta fecha tan especial -además de acudir a la entrega de premios del Festival del Circo de Montecarlo, tal y como se puede ver en la revista ¡HOLA! de esta semana- la princesa ha hablado sobre madurez con la revista Paris Match en cuya portada sale posando junto a Pauline Ducruet, la más visible de sus tres hijos, que ya ha comenzado a firmar contratos publicitarios.
La que durante años fue apodada como “la princesa rebelde” -etiqueta de la que le costó despegarse- habla del equilibrio la estabilidad que imperan en su vida actualmente y habla del pasado como lo que es, algo muy lejano: “Rebelde, ¿yo?, bueno sólo fui una chica de mi tiempo, que como cualquier joven quería divertirse”, cuenta en al medio francés.
Estrella del pop, diseñadora, integrante de un circo... Estefanía de Mónaco ha vivido mil vidas en una, aprovechando cada instante, un motivo para que el paso del tiempo no le afecte: “No me asustan las arrugas -cuenta la Princesa al medio francés- si dan el testimonio de una vida en la que hemos disfrutado”.
Actualmente Estefanía lleva una vida tranquila, alejada en gran medida de los focos, a los que se expone en contadas ocasiones cuando los eventos más especiales de la vida oficial de Mónaco lo requieren, como la presentación oficial de sus sobrinos, los príncipes Jacques y Gabriella.
Si sus tres hijos, Louis, Paulina y Camille son su mayor orgullo y su preocupación principal, la Princesa reparte el resto del tiempo entre distintas actividades benéficas -es especialmente activa en la lucha contra el SIDA y preside una organización con ese fin- y el cuidado de Babe y Nepal. Estefanía de Mónaco rescató a esos dos elefantes cuando iban a ser sacrificados en un zoo y se encarga personalmente de su cuidado en la finca familiar de Roc Agel.