El estreno del filme Asesinato en el Orient Express ha vuelto a situar a Penélope Cruz en la primera plana de la actualidad. La actriz, que interpreta a Greta Ohlsson, personaje que le valió un premio Oscar a la actriz Ingrid Bergman en la primera versión cinematográfica del clásico de Agatha Christie, se ha abierto en una de sus últimas entrevistas concedidas a la prensa internacional, con motivo de la promoción de esta película de misterio y suspense.
Precisamente, en su encuentro con la revista People, Cruz ha contado en primera persona cuál fue el suceso más aterrador que de su vida. Un día en el que, como relata la actriz española, creyó realmente que iba a morir. El suceso tuvo lugar el 4 de noviembre de 2004 (coincidiendo con las fiestas de Halloween), mientras Penélope se encontraba rodando la película Bandidas con su gran amiga Salma Hayek. La artista tomaba un vuelo de Los Ángeles a Durango (México) junto a su padre, la pareja de este y su amiga. Como en su momento relato Eduardo Cruz, fallecido en junio del 2015, el avión tuvo que realizar un brusco aterrizaje de emergencia tras comenzar a caer en picado durante varios minutos.
Un trance que hoy conocemos desde la perspectiva de Penélope, quién, en su momento, prefirió no relatarlo a los medios: “Una vez viví un aterrizaje de emergencia en el día de Halloween. Viajaba con mi amiga Salma y, como era Halloween, las dos íbamos vestidas de payasos”. Un apunte que ayudó en su momento a que la esposa de Javier Bardem acrecentara su miedo a este disfraz y la figura que representa: “Nunca me gustaron los payasos, pero, después de esa experiencia, como puedes imaginar, no soporto ver a ninguno”.
Lejos de ser un suceso cómico, Cruz relató cómo, tras un percance muy serio dentro de la cabina, el avión en el que viajaban tuvo que aterrizar en un destino diferente: “Viajábamos 100 personas en aquel vuelo y gracias a Dios estoy aquí para contarlo, pero ciertamente la historia tiene un punto loco ya que viajábamos con aquellos locos disfraces. Cuando cuento esta historia, la gente piensa que me lo estoy inventando”. No obstante, y como comentó la artista, muchos de los pasajeros creyeron que aquel día iban a morir.
Este hecho no ha sido el único en el que Penélope ha sentido auténtico pavor. Según la propia actriz, durante un viaje a Belice decidió probar la experiencia del buceo. Una actividad que, desde aquel día, no ha vuelto a realizar. “Estaba a 40 metros de profundidad y me encontraba rodeada de tiburones. Sufrí un mal que se llama narcosis, algo muy parecido a un ataque de pánico”. Sin duda, dos experiencias que, a buen seguro, han superado con creces la temática de miedo y terror de su último trabajo cinematográfico.