La hija de la actriz Lorena Rojas seguirá al cargo de su tía Mayra
Tras la muerte de la artista mexicana y dado que al parecer esta no se casó con el empresario Jorge Monje, que acaba de fallecer, la niña quedó bajo la tutela de su tía
La actriz mexicana Lorena Rojas cumplió antes de fallecer su sueño de ser madre. Cuando estaba en medio del proceso de adopción de una niña, lo comenzó estando soltera, tuvo que luchar de nuevo contra el cáncer de mama (lo superó en 2008 pero recayó en 2012). En medio de la batalla llegó a su vida el amor de Jorge Monje, y ambos vivieron los primeros meses de su pequeña Luciana que llegó a sus vidas el 6 de octubre de 2013. Legalmente había sido adoptada sólo por Lorena, por lo que tras su muerte fue su hermana Mayra la que se convirtió en su tutora.
Mayra ha cuidado de su sobrina como si fuera su propia hija, dándole al amor y cuidados que su hermana quería que tuviera. Y es que tal y como explicó la propia Mayra poco después del fallecimiento de Lorena (en una entrevista con TV Notas), Jorge Monje no podía quedarse con la niña porque no estaba casado con su hermana y la ley no lo permite (se dijo que se habían casado dos días antes del fallecimiento de la actriz). De la niña se hizo cargo Mayra porque su madre (a quien pasaría la patria potestad de los menores que pierden a sus padres) ya no puede cuidar a un bebé.
“Estoy convencida de que cada día que pasa te vas fortaleciendo. Dicen que el tiempo es el mejor aliado con este tipo de perdidas” dijo entonces Mayra, que tiene dos hijos, Ivanna y Fabián, nacidos de su relación con Octavio Burgueño. En declaraciones al periódico Reforma, comentó: "Yo soy madre adoptiva y Luciana será mi hija adoptiva, lo que importa es quién es y que tiene una familia… Tengo que fomentarle que yo soy su mamá, tengo que ser la mujer que la guíe y le dé las bases, ya en su momento le contaré la historia (de Lorena), pero sin dramas”.
El triste final de la historia de amor de Lorena Rojas y Jorge Monje
En sus redes sociales Mayra comparte algunas imágenes de la pequeña Luciana, que, a sus dos años de edadd, cada vez está más grande y es una niña feliz y sonriente.