Habla tres idiomas, romántica, aventurera y artista... Cynthia Rossi, la 'niña de los ojos' de Carmen Martínez-Bordíu
El próximo día 18 se convertirá en una mujer casada ante sus invitados y seguro sus emocionados padres, Carmen Martínez-Bordíu y Jean-Marie Rossi. Cynthia Rossi ha vivido desde pequeña una vida de portada y ya posaba en brazos de su madre cuando era apenas una recién nacida. Aunque sus padres se separaron cuando tenía apenas 9 años y ella se quedó a vivir con su padre en París, ha estado siempre muy unida a su madre, de la que ha heredado su espíritu aventurero. “Nos hablamos a diario. Se preocupa muchísimo por mis estudios, conoce todo de mí. En fin, que es única e irrepetible” ha comentado Cynthia.
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Su nacimiento logró alegrar a sus padres, ya que nació un año después de las terribles muertes de sus hermanos, Fran (hijo mayor de Carmen) y Mathilde (una de las hijas gemelas de Jean-Marie). Con 16 años sintió interés por el Derecho, tras hacer unas prácticas en un despacho de abogados de París, y decidió estudiar esa carrera sin saber aún muy bien si encaminaría sus pasos profesionales hacia ese campo. Se matriculó además en unos cursos de Criminología por afición, pensando en convertirse en comisario de policía. Sin embargo, no encontró ahí su camino.
“Recién licenciada, ejercí en París, pero no me llenaba completamente”. Cambió así la toga por su pasión por los pinceles. “La idea de pintar me rondaba siempre, así que decidí dejarlo un par de meses y dedicarme a la pintura. Al principio pensé que terminaría volviendo al despacho de abogados, pero lo que tenía que durar unos meses se convirtió en tres años”. Cosas del destino caprichoso.
Y es que el mundo del arte, su padre es un reconocido anticuario, siempre ha estado muy presente en su vida. Su pintor predilecto es Roy Lichtenstein y siempre se acuerda del primer cuadro “grande” que pintó, a los ocho años, de casi dos metros, que representaba peces en el mar bailando, con muchos colores. Habla tres idiomas, español, francés e inglés, y entre las cosas que le gustan están la película El diario de Noa, porque le recuerda a su historia con Benjamin (de nuevo el destino se cruzó en el camino de ambos y les unió diez años después), y el libro de Jane Eyre, de Charlotte Bronte, su preferido. Ambos desvelan un espíritu romántico, que se aprecia también en otras cosas que le encantan como el olor de la chimenea porque le trae a la mente la Navidad, el sonido de la lluvia al caer, su paisaje preferido que es un París nevado, su canción, La vie en rose, de Edith Piaf o las orquídeas blancas, que siempre tiene en casa.
Uno de los recuerdos más bonitos que tiene Cynthia es la pedida de mano de su futuro marido, que fue en París y, entre sus rituales de antes de dormir, están ver las noticias en televisión. No soporta por ejemplo el sonido del despertador por la mañana y, aunque sabe que no es un color muy alegre, le encanta el negro para vestirse. Su comida preferida es la pasta, pero lo que mejor cocina es el boeuf Bouguignon, un plato típico francés de carne con vino tinto. Siente una auténtica fobia a las arañas, como su madre, con la que ha cultivado su gusto por viajar, acompañándola a lugares como Dubái o África.
"La mayor parte de las cosas que me han sucedido son positivas, muy positivas. Las otras, las que producen sinsabores, que siempre las hay, me han ayudado a crecer, a madurar. Aprender a conocer a los demás y saber por qué reaccionan de tal o cual manera" ha dicho Cynthia. Sin duda una mujer segura y positiva a la que sus padres educaron con libertad y valores como estos: "Enseñándome lo que estaba bien y lo que estaba mal, y dónde llegaban los límites. En fin, mostrándome el camino y que en la vida todo te lo tienes que ganar con esfuerzo y perseverancia".