Kristen Stewart y Robert Pattinson protagonizaron un romance de película sin final feliz. Las estrellas de la saga Crepúsculo vivieron una historia de amor que traspasó la gran pantalla y que duró cuatro años. Su ruptura no fue fácil y después de tres años, la actriz ha revelado que fue uno de los episodios más duros a los que se ha enfrentado.
“La separación fue increíblemente dolorosa. La situación casi me mata. Todos sentimos algo parecido cuando pasamos por situaciones similares y eso a veces da miedo", ha asegurado al periódico The Daily Best. Un duro golpe tras el cual tuvo que aceptar que el que había sido su pareja hasta entonces no seguiría formando parte de su vida. "Se trata de reconocerlo, volver a evaluarlo y situarte de nuevo en tu lugar", añade y confirma que no recurrió a medicamentos para superar la ruptura.
Su relación sufrió un importante revés cuando Kristen fue fotografiada con Rupert Sanders, el director de la película Blancanieves y la leyenda del cazador. Tras muchas idas y venidas, finalmente Robert decidió romper con la actriz. Por aquel entonces, varios medios aseguraban que el actor quería comprometerse con Kristen Stewart antes de este suceso. La mujer del director, casado entonces con la modelo Liberty Ross, tampoco logró aceptar la aventura de su marido.
El año pasado Robert Pattinson habló abiertamente sobre el tema en una entrevista para la edición británica de las revista Esquire. "Las cosas malas pasan, ¿sabes?", dijo. "Es gente joven, ¡es normal! Y honestamente, ¿a quién le importa?", decía. También confesó que lo más “difícil fue hablar de ello después”.
- Robert Pattinson, sobre la infidelidad de Kristen Stewart: 'Lo más difícil fue hablar de ello'
- Robert Pattinson está demasiado dolido para perdonar a Kristen Stewart
Ahora el actor está comprometido con la cantante FKA Twigs y Kristen Stewart se ha mantenido centrada en su carrera como actriz. En su última película de ciencia ficción, Equals, dirigida por Drake Doremus, interpreta a Nia, una joven que vive en una sociedad futurista donde las emociones se han erradicado.