Vanesa Lorenzo, una espectacular mamá modelo en su cuarto mes de embarazo
Dará a luz a principios del año que viene, aunque todavía no se le nota su embarazo y sigue practicando yoga para mantenerse en forma
De no ser porque Vanesa Lorenzo y su pareja, el exfutbolista Carles Puyol confirmaron hace algo más de dos semanas que estaban esperando su segunda hija, lo cierto es que nos hubiera costado mucho adivinarlo. La estilizada figura que luce la modelo en su cuarto mes de embarazo no delata su estado, aunque sí lo delata su inmensa felicidad y su enorme sonrisa.
Compaginando días de vacaciones y trabajo en Ibiza, Vanesa disfruta este verano de la compañía de su pareja y su hija, Manuela, de año y medio, quien a principios del año que viene dejará de ser la reina de la casa para dar la bienvenida a su hermanita, con la que tan solo se llevará dos añitos. La modelo y el exfutbolista tenían claro que antes o después aumentarían de nuevo la familia y ahora que ha llegado el esperado momento, no pueden estar más felices. “Tengo dos hermanos y crecer en familia numerosa ha sido divertidísimo, siguiendo muy unida a ellos ahora de mayores” escribe Vanesa en su blog.
Mucho más experimentada que cuando se es mamá primeriza, Vanesa está viviendo este embarazo de una forma más relajada, aunque no puede evitar seguir teniendo miedo por la salud del bebé, aunque tal y como ha dado a conocer todo marcha estupendamente. No tiene nauseas no tiene molestias y va sobrada de energía, algo que queda de manifiesta en las imágenes que día tras día cuelga la propia modelo realizando sus rutinarios ejercicios de yoga, una práctica, que según ella, le ayudó mucho a recuperar la figura tras su primer embarazo.
Vanesa, que ha definido la maternidad como volverse a enamorar, ha declarado que la maternidad le ha enseñado muchísimas cosas, entre ellas el orden de prioridades. “Ser madre significa dejar de ser tú: con tu mundo, tus dinámicas, tus manías… Pero no resta, suma y mucho” declaraba la modelo a la revista ¡HOLA! tras la llegada de su primera hija. Ahora, con la llegada de la segunda, la suma se convertirá en una multiplicación y las sensaciones y las experiencias serán por partida doble.