No es oro todo lo que reluce en la vida de Gigi Hadid
La madre de la modelo, Yolanda Hadid Foster, lleva tres años luchando contra la enfermedad de Lyme, que se transmite por la picadura de una garrapata
El nombre de Gigi Hadid se escribe en letras de oro. Con tan solo 20 años se ha convertido en una de las modelos más cotizadas del momento, todas las grandes firmas se pelean por convertirla en imagen de sus campañas, ocupa un lugar destacado en las listas de invitados de las fiestas más exclusivas ¡y hasta ha hecho ya sus pinitos en la música!
La top lleva en el mundo de la moda desde que tiene uso de razón pero es ahora cuando ha alcanzado la cima. Le llueven las ofertas de trabajo y entre galas de premios, alfombras rojas, desfiles y sesiones de fotos, prácticamente no le queda un hueco libre en su agenda. Eso sí, no es oro todo lo que reluce y cuando se apagan los focos, deja de sonar el clic de la cámara, se quita el maquillaje y la ropa de ensueño y se baja de los tacones, Gigi vuelve a casa para estar con los suyos.
A pesar del lujo y todos los privilegios, la modelo tiene que volver cada día a la realidad, su realidad. Que no es otra que lidiar con una complicada enfermedad que padece su madre, la modelo y diseñadora holandesa Yolanda Hadid Foster. Hace tres años que lleva luchando contra la enfermedad de Lyme, que se transmite por la picadura de una garrapata y que, en su caso, se ha vuelto crónica.
Conocida también por protagonizar The Real Housewives of Beverly Hills, Yolanda, de 51 años, relata en su perfil personal de las redes sociales cómo es su día a día, las constantes pruebas que le hacen los médicos, los diferentes tratamientos a los que se ha sometido... "Pasé de ser una mariposa multitarea a quedarme atrapada en un capullo mentalmente paralizado. Fui a ver a mi médico porque estaba muy cansada, me dolían las articulaciones, no dormía... pero lo más importante, eran las disfunciones neurológicas", dijo en 2013 en la Lyme Gala cuando recibió the Lyme Research Alliance's Star Award.
Sin embargo, cuando las fuerzas le flaquean, le cuesta levantarse, casi no puede moverse y parece que se le viene el mundo encima, ahí están sus hijos, Gigi, Bella y Arwan, que siempre saben cómo sacarle una sonrisa. Además de su marido, el músico David Foster, con el que se casó en noviembre de 2011 después de separarse del padre de sus hijos, Mohamed Hadid. Forman una piña, se han convertido en su principal apoyo y en el motor de su vida. El motivo porque el que se despierta cada mañana y su mayor orgullo. Así se lo hace saber en Instagram, donde habitualmente publica preciosas y tiernas fotos con sus hijos como ésta, en la que le da las gracias a su pequeño Arwan, de 16 años.
Yolanda es un ejemplo de entereza, fuerza y coraje y no se da por vencida. Está dispuesta a encontrar una cura para esta enfermedad, que también sufre la cantante Avril Lavigne, y es por ello que no duda en someterse a diferentes pruebas para dar con una solución, como meterse en una cámara hiperbárica, que es hermética y capaz de soportar presiones mayores a la atmosférica. "Decidida a encontrar una cura", "Necesito un milagro" o "Las epidemias mundiales crecen en la sombra", son algunas de las frases que comparte en las redes sociales, donde también escribe mensajes: "Dulces sueños a mis nuevas células madre, puede que fortalezcan mi sistema inmune para destruir al asesino silencioso que llevo dentro de mí".