Seductor, solidario y todo un superviviente... la increíble historia de Måns Zelmerlöw, ganador de Eurovisión
El artista sobrevivió con su familia al tsunami de Tailandia en 2004 y, además de tener una ONG destinada a la infancia, es un artista polifacético de éxito en su país
Su canción se ha convertido en la más tarareada de Europa tras vencer en el festival de Eurovisión, pero no ha sido en Viena donde ha nacido un artista. Måns Zelmerlöw ya era conocido en su país debido a su participación en un reality que busca talentos, Idols, en 2005, programa en el que obtuvo un quinto puesto.
A raíz de esto publicó tres álbumes de estudio y está a punto de lanzar otro, que verá la luz a finales de este año. En este trabajo quiere seguir la línea de la canción Heroes, con la que ha obtenido el oro en el certamen, una mezcla de melodías orgánicas y toques electrónicos.
Este sueco de 28 años se ha ido reinventando y probando distintas facetas de la profesión artística. Estuvo en otro talent, en esta ocasión como bailarín, Let’s Dance, y ganó. Ha participado en musicales como Grease y Romeo y Julieta y ha sido presentador de shows televisivos, aunque también destaca como compositor y, por supuesto, cantante.
Se había presentado ya dos veces al proceso de selección para ir a Eurovisión, pero no había tenido suerte. A la tercera, este año, fue la vencida y se ha vuelto a Suecia con el preciado trofeo.
Sin embargo, este intérprete esconde mucho más que música en su interior. Tiene una ONG, ZB Foundation (Zelmerlöw & Björkman Foundation), en la que trabaja en favor de los niños necesitados y la gente joven. Esta organización financia tres escuelas en Sudáfrica y una en Kenya. Tal vez este interés e implicación solidaria le llegara después de haber sobrevivido al tsunami de Tailandia en 2004. El artista ha relatado en alguna ocasión que viajaba con su familia en coche cuando se encontraron con que la carretera se inundaba y tuvieron que subir a una colina. Eso le cambió la vida.
Apasionado del deporte, no hay más que ver lo en forma que está, Måns se confiesa un gran amante del tenis y el fútbol, tanto que ha puesto a su perro el nombre de Messi. A juzgar por sus publicaciones en las redes sociales, este es su mejor compañero de juegos. Además como se ve en algunas imágenes, a Måns le gusta la pizza… ¿y a quién no?