Antonio Banderas se disculpa entre lágrimas con su hija Stella del Carmen: 'Te pido perdón por mis ausencias'
En su discurso al recibir el Goya honorífico, el actor pidió perdón, entre lágrimas, a "la persona que más ha sufrido mi pasión por el cine"
Emoción y muchos sentimientos es lo que transmitió el discurso de Antonio Banderas al recibir su Goya honorífico en la gala de entrega de los premios, celebrada durante la noche del pasado sábado. El actor tuvo palabras para sus compañeros de profesión, admiradores y amigos, pero también para su familia y muy especialmente para su hija, Stella del Carmen, a quien pidió perdón entre lágrimas por no haber podido estar lo suficientemente cerca de ella debido a su carrera.
Con la voz entrecortada y los ojos brillantes, el actor cerró su discurso mandando un mensaje muy especial a su hija. "Creo que todo premio debe ser dedicado", comenzó, "y yo se lo dedico a alguien que quizá haya sufrido más mi pasión por el cine, mis ausencias prolongadas, mis compromisos profesionales". En ese momento del discurso, Antonio no pudo contener más la emoción, y siguió pronuciando sus emotivas palabras sin poder evitar las lágrimas. "Es la persona de la que me perdí los mejores planos, las mejores secuencia y que sin embargo ha sido mi mejor producción", aseguró. "Te dedico este premio pidiéndote perdón a ti, Stella del Carmen. A ti, hija mía".
Stella del Carmen es la única hija que Antonio Banderas y Melanie Griffith tuvieron durante su matrimonio, al que pusieron fin el año pasado. Stella del Carmen vino al mundo cuando sus padres estaban en pleno auge de su carrera, y los numerosos compromisos profesionales a los que Antonio debía atender prácticamente a diario parece que le mantenían más ocupado de lo que le habría gustado.
Pero Antonio Banderas sólo tiene palabras buenas para su hija, su "mejor producción". Stella del Carmen, que cumplió la mayoría de edad en septiembre, “tiene la cabeza muy bien amueblada, cómo habla, óomo se expresa y qué madura que es…", declaraba el actor a ¡HOLA! en 2010. La considera no sólo una hija, sino también "una amiga", y confía plenamente en sus decisiones. “Es una niña con mucha personalidad y con una gran capacidad. Sabemos que elegirá la mejor opción".
Durante su discurso en los Goya, Antonio quiso también rendir tributo a sus padres, "que asustados de que su hijo había sido víctima de la insensatez le vieron irse en un tren de Málaga. No era la mente sino el corazón la que me guíaba", aseguró. En aquel momento, fue la firme determinación de "no volver a Málaga con las manos vacías" lo que impulsó a Antonio en su carrera, y esta noche se fue llevando el Goya en sus manos. Ya anunció que tras recibir el premio empezaría una nueva etapa para él, y lo reafirmó con el final de su discurso: "Ahora me voy porque acaba de comenzar la segunda parte del mejor partido de mi vida."