Con motivo del fallecimiento de Fabiola de Bélgica, el periodista y escritor español Fermín J. Urbiola, único biógrafo español de la reina Fabiola, concede una entrevista a hola.com en la que nos descubre la gran personalidad de una mujer que revolucionó el corazón de Europa. En su libro Nacida para Reina, que acaba de ser reeditado, Urbiola, autor de varios libros de monarcas y experto en casas reales europeas y mundiales, hace un retrato certero y cercano de la Reina de los belgas y traza un recorrido por nuestra historia y la vida de esta española que, no siendo de sangre real, accedió a un trono europeo.
-Eres el único biógrafo español de la reina Fabiola. ¿Por qué escribiste el libro, que hoy se reedita y que ya se ha traducido, también, al francés, flamenco…?
Fabiola de Mora y Aragón ha sido una de las mujeres españolas más importante del siglo pasado. Ella, ha sido una de las pocas españolas que ha ocupado un trono extranjero… Y, fíjate, ¿Qué conocemos de Fabiola? ¡Es una gran desconocida! Espero, que con Nacida para reina la podamos conocer mejor.
-Ha sido discreta como esposa y reina, ¿qué fue lo que le llamó la atención de ella para dedicar todo un libro a contar su historia?
Efectivamente, Fabiola de Mora y Aragón ha sido una de las mujeres españolas más importante del siglo pasado y más discretas. Fabiola era una mujer moderna, rompedora, que desde que nació se puso el mundo por montera. Y, además, una mujer feliz. ¿Perderme conocer a una mujer así? ¡Yo no! Además, conocerla, mereció y mucho la pena. Su vida no es una vida de esas, de encefalograma plano. Antes de terminar el libro La Sonrisa que cautivó a España sobre la reina Sofía, ya me aparecía Fabiola en varias ocasiones. Me ha aportado, personalmente, un montón profundizar en la personalidad de Fabiola. Y si eso me ha pasado a mi… ¿Por qué no va aportar, y mucho, la vida de Fabiola, su personalidad… a mis lectores?
-En Bélgica adoptaron a la española desde el primer momento en el que se anunció su compromiso…
Sí, ocurrió con Fabiola en Bélgicalo mismo que con nuestra reina Sofía en España. Allí Fabiola era belga, y aquí Sofía, española. Desde el primer momento el pueblo belga se dio cuenta que Fabiola era coherente, discreta, divertida, moderna… Hoy, si le preguntas a muchos belgas cuál es la figura más emblemática del país, dudarían entre el Maneken Pis, la popular estatua de bronce situada en el centro histórico de Bruselas y la reina Fabiola. Como me dijo la Duquesa de Alba, uno de los numerosos testimonios que recojo en el libro de personas que han tratado desde siempre a Fabiola… “Fabiola siempre ha sido una persona intachable. Ella no ha metido la pata nunca, nunca. Fabiola transformó su carácter, que fue mucho más extrovertido al casarse con Balduino. Incluso ella misma asegura que “Verlo y escucharlo, con buena o mala salud, en sus penas y alegrías profundas a lo largo de nuestros 33 años en común, me hizo crecer”.
-Balduino y Fabiola han sido unos reyes con profundas convicciones religiosas, y Balduino renunció al trono para no ratificar una ley que establecía la posibilidad de interrumpir el embarazo…
La historia de Balduino y Fabiola es una historia de amor verdadero, de las que hay pocas. Fíjate, Balduino parafraseando a El pequeño príncipe del genial Saint-Exupéry, dijo de su relación con Fabiola : "Amar no consiste en mirarse el uno al otro, sino en mirar juntos en la misma dirección". Es paradójico que la leyenda del escudo belga es “La unión hace la fuerza”. Efectivamente, en conciencia, Balduino vio que no podía firmar aquella ley. Y dedico un capítulo entero del libro a este hecho. Que lo titulo con una frase textual del propio rey “¿Es que la libertad de conciencia vale para todos excepto para el rey?”. A partir de su decisión, fue el parlamento quien diseñó lo que pasó, estar sin rey durante 24 horas para que, después, Balduino siguiera ejerciendo su corona. Creo que la coherencia es una virtud que todos admiramos, la sociedad belga, también. De hecho no fue él quien diseñó la abdicación de 24 horas. Él sólo tenía claro que no iba a firmar esa ley. Por el contrario, Bélgica quiso que después Balduino siguiera como rey.
-Han sido pocas las veces que hemos escuchado hablar en público a Fabiola… Y tras la muerte de Balduino, también y muy discretamente, continuó en Bélgica…
El primero, y uno de los pocos que hay grabados fue con motivo del mensaje que dirigió al pueblo belga, por radio, la noche de su boda, la ya reina Fabiola se expresaba en los siguientes términos: "De ahora en adelante, mi corazón y mi vida pertenecen no solo a mi esposo, sino a todos vosotros". Y así ha sido, y así lo hizo. Y lo cuento en el libro, en palabras de una de sus mejores amigas, que aunque vive en España continuó siempre en contacto con la reina:
“Su marido murió. Ella ya es una anciana octogenaria y no ha venido a España, con su hermana, con sus sobrinos. ¡No! Ella sigue allí, entregándose a su país, a su pueblo; en definitiva, a su marido. Y así lo hará hasta el último de sus días”.
-¿Cómo ha sido la experiencia de indagar tan en profundidad en la vida de Fabiola? Tras leer el libro se tiene mucha documentación inédita…
La primera parte del trabajo fue de “ratón de biblioteca”. Consulté, creo que todo, o casi todo lo que se había publicado sobre Fabiola: revistas de la época, periódicos, archivos sonoros, audiovisuales, libros… ¡Hasta encontré un libro que ella publicó, sobre cuentos, en un anticuario de París! Y, después, pasé a la segunda parte: poco a poco fui acercándome a su entorno más íntimo, personal, familiar. Por primera vez han abierto las puertas de sus casas a un periodista y me han contado muchas cosas y ¡he aprendido tanto de todos! Y hasta he hablado con agricultores que trabajaron las tierras de los padres de Fabiola. Todos me han contado tantas anécdotas… Gracias a ellos, he accedido a cartas manuscritas, documentos y fotografías inéditas de Fabiola, que conservan marquesas, duquesas y condesas que conocieron y trataron a la reina Fabiola. A todos ellos, personas de todas las clases sociales, dedico la introducción del libro, en el que les agradezco su confianza, sus testimonios vivos, sinceros y algunos emocionados. También, entrevisté a la Duquesa de Alba para hablar de la reina Fabiola. La entrevista con Cayetana fue muy especial. Fui a visitarla a su casa de Sevilla, en el palacio de Dueñas —donde ha fallecido—, y me contó tantas cosas, que ocupa el epílogo del libro.
-Hoy, los medios de comunicación belgas, al despedirse de Fabiola, hablan de ella como persona sencilla, asequible a todos, ¿corresponde a la realidad? ¿Tiene anécdotas al respecto?
Así fue: sencilla, discreta, generosa, coherente. Cuento muchas anécdotas en el libro de personas de su círculo más íntimo. Por ejemplo, una íntima amiga de Fabiola me contó que una vez casada Fabiola, enseguida quiso saber qué le gustaba comer a su marido. Su amiga vio cómo llevaba de primera mano la casa. El palacio, quiero decir. Y fíjate, si ella era lo más en la sociedad, en la aristocracia, Fabiola -me comentaba su amiga- y lo primero que le brota al llegar al palacio es ir a la cocina. Pero es que siguió siendo la misma, a pesar de su nueva vida. Y siguió quedando con sus amigas de siempre, cuando podía, claro. Ha sido muy fiel a sus amigas, ellas me lo contaron.
-Balduino y Fabiola, tras las inundaciones de 1961 en Bélgica, se trasladaron al lugar de los hechos, y comenta que esto fue un modelo para las monarquías del siglo XX. ¿Tanto han influido Balduino y Fabiola en la monarquía contemporánea?
¡Y tanto! Y ese fue un ejemplo, que después, muchas monarquías seguirían posteriormente. Hasta entonces, no era habitual ver a los reyes fuera de palacio pegados a su pueblo. Ellos lo hicieron de corazón, con autenticidad. Querían estar en ese momento al lado de quien estaba sufriendo. Y esa reacción de los monarcas fue tan valorada por su pueblo que otras monarquías siguieron después sus pasos.
-En su atención a los marginados, los monarcas se preocuparon por los más desfavorecidos…
Así es, por los niños, por los indigentes —a quien Fabiola dejó toda su herencia— a las prostitutas, ya que las consideraba mujeres utilizadas… Fíjate este fue el mensaje central de los reyes en la recepción que ofreció en 1979, el Año Internacional de la Infancia, a unos setecientos escolares con los que los monarcas compartieron muy diversas actividades. Un mensaje que puso de manifiesto la confianza de Balduino y Fabiola en la capacidad de los niños, así como su cariño a todos y cada uno de ellos. Y no solo como consecuencia de que ellos no hubieran logrado tener hijos —explicarlo así sería una enorme simplificación—, sino también porque siempre vieron en los más pequeños la fuerza del amor sincero, auténtico, sencillo, espontáneo…