Desde que en mayo de 2013 dio a luz a su hija, Mónica Cruz se ha dedicado en cuerpo y alma a cuidarla y disfrutarla. Apenas ha aparecido en un par de ocasiones por motivos de trabajo, dado que su prioridad, ella misma lo ha dicho, es estar con su hija Antonella y ver cómo va creciendo. Este pasado mes de octubre aseguró que “está las 24 horas del día” con ella y que de momento “los compromisos que tiene los puede compaginar con sus cuidados”.
Uno de estos la ha llevado a Alemania, concretamente a Munich, donde se celebraba una fiesta que tenía una buena causa como trasfondo. Y es que la firma de dulces Ferrero celebraba su Mon Chéri Barbara Tag, una velada en la que se dan cita anualmente en Alemania varios rostros internacionales para recaudar dinero destinado a la fundación KARUNA - Futuro de la Infancia y la Juventud Necesitada, que se destina a los niños necesitados.
Este año en la lista de invitados Mónica, que llevaba un vestido azul con detalles en negro, con la espalda totalmente descubierta, coincidió con Sylvie Meis y Eva Herzigova que se pusieron sus mejores galas, y con Claudia Cardinale, con la que se la vio hablando animadamente. De hecho a su hermana Penélope Cruz la han comparado en algunas ocasiones con la actriz italiana, tal vez charlaran precisamente de esa curiosa coincidencia.
De momento Mónica no tiene pensado ponerse de nuevo frente a una cámara ya que en su opinión los niños “por lo menos los dos primeros años deberían estar con sus madres” y además un rodaje “le quitaría demasiado tiempo”. Ahora se dedica al diseño de lencería con Agent Provocateur, una labor que comparte con su hermana, y a hacer cosas puntuales que le “permitan estar con su hija”. Amor de madre.