Sexta y única hija de la Duquesa de Alba y su primer marido, Luis Martínez de Irujo, Eugenia vino al mundo en Madrid el 26 de noviembre de 1968, y, aunque protagonizó una feliz infancia en el Palacio de Liria colmada de mimos y atenciones por ser la benjamina de la familia, esa felicidad se truncó tan sólo cuatro años después con la muerte de su padre. Ahora, 44 años después de quedarse huérfana de padre, Eugenia está viviendo los días más amargos de su vida tras el fallecimiento de su madre, a la que estaba muy unida a pesar de sus diferencias y quien fue su gran apoyo hasta el final.
La Duquesa de Montoro, a la que hemos podido ver rota de dolor junto a su hija Tana durante el funeral de la Duquesa de Alba celebrado en Sevilla, no tiene consuelo. No se imaginaba que tan triste desenlace llegara tan pronto y, aunque a su llegada al hospital sevillano donde estaba ingresada su madre fuera consciente de la gravedad de la situación, siempre pensó que su madre remontaría la situación como tantas otras veces. Pero horas después, cuando se dio cuenta de que el final estaba próximo, Eugenia se derrumbó y, aunque quiso permanecer entera para que su hija se sintiera apoyada en tan tristes momentos, la Duquesa de Montoro no pudo evitar romperse.
Por todo ello, el 46 cumpleaños de la Duquesa de Montoro pasará este año a un plano muy secundario. No habrá fiesta con sus amigos, ni siquiera la tradicional cena que les ofrecía cada año por estas fechas aunque sí contará con la presencia y el apoyo de algunos de sus hermanos y de su hija Tana, de 15 años, de la que tiene la custodia definitiva desde que la justicia se la otorgara a comienzos de año ganando así la demanda interpuesta por su ex marido Francisco Rivera. Las dos han regresado ya a Madrid donde tendrán que aprender a continuar con su vida y sobrellevar la triste pérdida de doña Cayetana. Eugenia quiso dar las gracias a todos aquellos que acudieron a despedir a la Duquesa. "Quiero agradecer a toda esa gente y esas personas, de verdad con todo mi corazón, que han venido a despedirse de mi madre, eso no se me va a olvidar nunca" dijo muy emocionada.
Ahora Eugenia, que ya heredó de su madre la casa de Ibiza y la finca sevillana de La Pizana, tendrá que encontrar consuelo en su trabajo como diseñadora de joyas para TOUS, su hija Tana, sus hermanos y su grupo de fieles amigos que intentarán por todos los medios que se recupere de este duro trance y vuelva a sonreír. Eso sí, no tendrá el apoyo de una pareja sentimental ya que Eugenia, sin suerte en el amor, no ha encontrado a su compañero de vida tras su divorcio de Francisco Rivera en 2002 y su relación fallida con Gonzalo Miró que se mantuvo entre 2005 y 2009.