A la espera de que llegue el día en que Isabel Pantoja entre en prisión, prosigue el ir y venir de familia y amigos a la finca Cantora, donde la cantante permanece recluida a la espera de que culmine el plazo y, quiera o no, ingrese en prisión. En los últimos días no se habla más que de qué ocurrirá una vez que la cantante sea privada de su libertad y llegue el día que tenga que abonar la totalidad de la multa de 1.147.148 euros -ha abonado solo 147.148- o de lo contrario se le embargarán sus bienes. Pues bien, es un hecho la venta de parte de sus bienes. Al parecer la cantante está desalojando sus casas de La Moraleja y La Pera, que están en venta, y trasladando todos sus enseres a su finca Cantora, de la que en principio no va a desprenderse. Durante varios días no han dejado de entrar y salir camiones de mudanzas de Cantora. Curiosamente este trasiego ha sido de noche y tal es el misterio que se llegó a pensar que pudiera ir dentro de uno de ellos, una posibilidad descartada. Porque si hay algo que quiere evitar Isabel Pantoja es ser fotografiada a su entrada en prisión.
Sus familiares no se separan de ella, conscientes de que son las últimas horas en libertad de la artista. Se comenta que será su hermano Agustín Pantoja el encargado de llevar los asuntos económicos y judiciales de la artista. Él ha sido quien ha mandado desalojar la casa que actualmente tiene en venta en La Moraleja y trasladarlos a Cantora. Los abogados de Pantoja ya han acudido a las dependencias de la Agencia Tributaria para gestionar el levantamiento definitivo de los embargos que pesan sobre La Moraleja para que finalmente pueda ser vendida y con el dinero hacer frente a la multa.
La Fiscalía reiteró ayer su decisión de que ingrese en prisión de una vez por todas. El escrito especifica que debe ingresar inmediatamente en la cárcel, ya que se habrían agotado con creces los plazos establecidos. No sólo rechaza la petición de suspensión de pena, también rechaza el plazo solicitado por los letrados de la cantante de un mes "para arreglar sus asuntos". Además hace especial hincapié en que nunca ha dado muestras de arrepentimiento ni ha admitido error alguno en su conducta delictiva. La Audiencia es ahora la que tiene que pronunciarse y no piensa demorar su decisión más allá de las próximas horas. A partir de ese momento la Audiencia Provincial de Málaga redactará una notificación expresa de su ingreso en prisión. Lo habitual es que se dé un plazo máximo de 72 horas pero ese plazo se puede ampliar hasta un máximo de una semana o diez días para aquellos condenados que argumenten que necesitan un tiempo excepcional. Su entrada en prisión es cada vez más inminente.
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