Después de ser galardonada con el premio más importante de la Academia de las Ciencias y las Artes de Televisión por su larga y fructífera trayectoria profesional, Mayra tiene mucho que celebrar. La presentadora venció un cáncer, lo que le impulsó a escribir este libro en el que nos cuenta su lucha contra la enfermedad, así como todas sus vivencias, desde el exilio que vivió en su infancia y su posterior viaje a España hasta sus comienzos como actriz y cantante, pasando por todas sus vivencias y anécdotas en el Un, dos, tres, el mítico programa que la convirtió en la primera mujer presentadora de concursos del mundo y en una de las estrellas más entrañables de nuestro país.
Su enfermedad le ha servido para darse cuenta del cariño que mantenía entre la gente: "Cuando salía a caminar me abrazaban y me decía 'animo' y se iban, aquello me alimentaba para poder seguir adelante", señala. "Siempre pensé que cuando estuviese un año fuera de la televisión la gente se iba a olvidar de mí", asegura la presentadora, que llegó en 1976 al Un, dos, tres como una de las actrices que daban vida al espectáculo televisivo de Chicho Ibáñez Serrador, quien tras el accidente que sufrió su primer presentador, Kiko Ledgard, decidió ponerla al frente del concurso. Estuvo más que ningún otro presentador, seis años, y llegó a tener 25 millones de españoles pendientes de su labor, su perfecta dicción y su espontánea carcajada, méritos que descarga ahora en la "genialidad" de Ibáñez Serrador. "Sabía lo que el público quería, y se lo daba. Unos esperaban ver las piernas de las azafatas, otros al dúo Sacapuntas, otros a la Bombi, como iba vestida o desvestida...", recuerda sobre un programa en el que nada estaba improvisado, al punto de que "Chicho llevaba el guión a un notario antes de grabar, por si había alguna reclamación".
El éxito le sirvió para dar rienda a su faceta de cantante en el trío Acuario, que formó en 1977 junto a otras dos azafatas del "Un, dos, tres", María Durán y Beatriz Escudero, y que dejó después de un año para continuar su carrera musical en solitario. Todo quedó "sepultado" por su éxito como presentadora, incluido su trabajo como entrevistadora en programas como 625 líneas (19778-79) y Antena 3 Radio, con personajes como Adolfo Suárez, Francisco Umbral o Michael Douglas, facilitado por el hecho de que hablaba inglés.
La presentadora afirma que en su libro, "sólo he dicho la verdad. Me he callados cosas por no herir a terceras personas. Hay momentos en el libro, cuando explico cosas que han ocurrido y no quiero dar más detalles para no hacer daño, que digo y hasta aquí puedo leer".