Son días tristes para la familia Boyer Preysler, que ayer recibía uno de los golpes más duros de su vida, el fallecimiento de Miguel Boyer, a los 75 años de edad, a causa de una embolia pulmonar. Asolados por la pérdida, la familia del exministro, - con su mujer Isabel Preysler y su hija, Ana, a la cabeza -, demostraba su dolor y también su entereza recibiendo, a lo largo de la tarde de ayer, a una gran multitud de familiares, amigos, compañeros y diferentes personalidades del mundo de la empresa y la política, en la capilla ardiente instalada en el tanatorio Interfunerarias de San Isidro. Clausurada la capilla ardiente en torno a las 21 horas de la noche de ayer, la sala 1, en la que se encontraban los restos mortales del exministro, volvía a quedar reabierta a primera hora de la mañana para seguir recibiendo numerosas visitas, entre ellas las del expresidente del Gobierno, José María Aznar, quien accedía al interior del edificio cabizbajo y sin hacer ningún tipo de declaraciones. Minutos después lo hacían el duque de Alba, Alfonso Diez, y Enrique Solis, hijo de Carmen Tello y gran amigo de Tamara Falcó, así como de la familia.
Con la tristeza grabada en el rostro y, de nuevo, de riguroso luto llegaba Isabel Preysler a la capilla ardiente de su esposo pasadas las 11 de la mañana, para despedirse en la intimidad del que fuera su marido durante 26 años. Arropada en todo momento por su tía, doña Mercedes Arrastia, quien no se ha separado de su sobrina en ningún momento, Isabel y su tía viven hoy un día doblemente triste, ya que a la pérdida del exministro se une el tercer aniversario del fallecimiento de su hermana Beatriz.
Tras la llegada de Isabel llegaba, oculta tras unas gafas de sol, vestida completamente de negro y acompañada por su hermana Tamara Falcó, una abatida Ana Boyer, quien segundos después recibía en la capilla ardiente el cariño de su novio, el tenista Fernando Verdasco, quien ha llegado junto a sus padres y su hermana, Sara, procedente de China, donde se encontraba compitiendo en el ATP Beijing.
Apenada y con rostro serio, llegaba Laura Boyer, hija del exministro y de su primera esposa, la doctora Elena Arnedo. Muy discreta en todo lo referente a su vida privada, Laura, a quien hoy le toca despedir a su padre, Laura reside en Madrid con sus hijos. Estudió Económicas en la Universidad Complutense de Madrid, aunque no llegó a terminar la carrera. Su primer marido fue Luis Imedio, con quien tuvo dos hijos. Años más tarde, tras divorciarse, contrajo segundas nupcias, con Antonio González. Tuvieron gemelos, pero antes de que los niños cumplieran dos años, el matrimonio se separó.
En coche e intentando mantener la entereza accedía al interior del centro funerario Miguel, de 45 años, nacido también del primer matrimonio del exministro con Elena Arnedo, quien, al igual que su hermana, ha intentando mantenerse siempre al margen de los medios. Afincado en Miami durante algunos años, al parecer ha regresado a España y es padre de un hijo.
Y es que, a pesar del abatimiento y el desconsuelo, la familia de Miguel Boyer ha sentido en su propia piel el cariño que profesaban al exministro, retirado de la vida pública desde febrero de 2012 cuando sufrió una hemorragia cerebral que le mantuvo en la UVI durante dos meses y que le dejo una serie de secuelas que cada día luchaba por superar acudiendo diariamente a rehabilitación. Hasta la capilla ardiente han llegado también Nuria González junto a su marido, Fernando Fernández Tapias, grandes amigos del matrimonio, la alcaldesa de Madrid, Ana Botella y el expresidente del Parlamento Europeo Josep Borrell.
A la una del mediodía y tras decenas de muestras de cariño y condolencias, el féretro de Miguel Boyer abandonada el tanatorio Interfunerarias de San Isidro en dirección al cementerio de San Isidro seguido por sus familiares y amigos más cercanos para recibir sepultura en la más estricta intimidad. A la llegada al cementerio se han podido ver los gestos de apoyo y cariño del tenista Fernando Verdasco, novio de Ana, con Isabel Preysler a la que cogió de la mano y el abrazo de Tamara Falcó a la hija de Miguel Boyer, Laura.