Alfonso Diez, sobre el estado de salud de la duquesa de Alba: 'Los últimos meses han sido un poco complicados'
El marido de doña Cayetana se emocionó al pronunciar estas palabras durante su pregón en la fiesta del Palentino Ausente
Alfonso Diez ha desgranado recuerdos de su juventud en su ciudad natal, Palencia, en un emotivo pregón del XIX Día del Palentino Ausente en el que ha hecho gala de sus raíces, pero con la ausencia de su esposa, la duquesa de Alba. Nervioso y emocionado, Alfonso, que nació en el seno de una conocida familia palentina hace 64 años, ha pronunciado el pregón de la fiesta del Palentino Ausente, un día en el que se homenajea a todos los palentinos que, por distintas razones, viven fuera de Palencia.
En el Teatro Principal, ante casi 400 personas, ha dedicado sus primeras palabras a su esposa, la duquesa de Alba, quien no ha podido estar presente en el acto."Cuando decidí aceptar ser el pregonero le pedí a San Antolín que no hubiera ningún percance en mi vida que pudiera impedirlo, que la salud de Cayetana me permitiera estar aquí con vosotros porque los últimos meses han sido un poco complicados", ha expresado emocionado.
La salud de la duquesa de Alba se ha resentido en los últimos meses. Aún así, doña Cayetana ha podido disfrutar de unas agradables vacaciones. A mediados de julio, la duquesa viajaba con Alfonso a San Sebastián, donde le gusta acudir todos los veranos. Los duques de Alba huyen así de las altas temperaturas de Sevilla y disfrutan de unos días de descanso en el palacete de Arbaizenea, donde recibieron una visita muy especial, la de Cayetano Martínez de Irujo y sus dos hijos, los mellizos Luis y Amina, y su hija, Eugenia Martínez de Irujo. Días después, Cayetana y Alfonso viajaron a la cercana localidad de Ascain para disfrutar de una de sus grandes aficiones: el arte.
Tras esta escapada, doña Cayetana regresaba a Sevilla a principios de agosto, no sin antes hacer una breve parada en Madrid. Asentada de nuevo en el palacio sevillano de Dueñas, la duquesa, de 88 años, visitó acompañada por su marido, la casa que Alfonso tiene en la localidad gaditana de Sanlúcar de Barrameda y que el verano pasado estuvieron restaurando, una visita que también aprovecharon para almorzar con su amiga la duquesa de Fernandina.