Mientras lloran su pérdida, nadie puede explicar el porqué de que el cómico Robin Williams no fuera capaz de superar la profunda depresión que padecía. En medio de las especulaciones han salido a la luz los comentarios que apuntan a los posibles problemas financieros de la estrella. Según se dice esto fue lo que motivó que aceptara hacer la serie de televisión The crazy ones, un show que fue cancelado por la cadena después de una temporada. “La idea de tener un trabajo estable es atractiva” declaró el pasado año acerca de este papel. “Hay facturas que pagar. Voy a vender mi rancho de Napa, no me lo puedo permitir” dijo entonces.
¿Fue esa situación la que provocó su depresión? Algunos medios afirman que el tener que aceptar papeles que de otro modo no habría hecho por ganar dinero, tuvo que ver. Sus donaciones a la caridad, la generosidad con sus amigos (le habría ofrecido a Christopher Reeve pagar sus gastos médicos tras el accidente que sufrió) y los dos divorcios a los que tuvo que hacer frente habrían mermado sus ingresos. Se estima que sus dos separaciones matrimoniales le costaron cerca de 15 millones de euros y es que él mismo dijo: “El divorcio es caro”.
Siempre con el bienestar de sus hijos en el pensamiento, el actor habría dejado su situación solucionada. Según informa TMZ, habría creado un fideicomiso para sus tres hijos según el cual recibirían dinero en diferentes etapas de su vida (tratando de evitar un mal uso de este). Cody, de 22 años, Zelda, de 25, y Zachary, de 31, recibirían una tercera parte al cumplir 21 años, la mitad de lo que quedara a los 25 y el resto a los 30. Instrucciones que se seguirían aunque falleciera el artista, como ha ocurrido. Por el momento se desconocen los detalles oficiales de su testamento o la cuantía de su fortuna.