La suya es una relación muy especial, de difícil definición. Han compartido risas, complicidad, ilusión y, sobre todo, muchísimo cariño, pero hasta ahora no se habían decidido a traspasar la línea que convierte una amistad en algo más. Quizá lo hagan, quizá no. Llevan meses conociéndose, buscando tiempo para estar juntos, encariñándose y convirtiéndose en confidentes el uno del otro: lo que se llama ahora los mejores amigos. Eso por ahora, a día de hoy, porque el futuro ni está escrito ni ellos mismos lo conocen. Los rumores de que comenzaban a disfrutar juntos de algo más que un café a media tarde saltaron hace meses, cuando Tamara Falcó se convirtió en la invitada sorpresa a la boda del hermano de Enrique Solís.
Después llego un viaje a Windsor, de la mano de Porcelanosa, en el que compartieron saludo al príncipe Carlos de Inglaterra y la cena más divertida en el castillo de Windsor. La complicidad era más que evidente y la sonrisa de los dos cuando estaban juntos daba mucho que pensar. Se les veía felices. Pero ellos insistían en que lo suyo era amistad. Y como amigos, no se han ocultado. Han seguido saliendo juntos en numerosas ocasiones, convirtiéndose en inseparables.
En estos días, antes de que cada uno comenzara sus vacaciones de verano, se volvieron a ver. Como tantas otras veces....pero esta fue diferente. Hubo un abrazo con mucho sentimiento, una mirada de ojos fulminados, un beso en la frente cargado de ternura... y sin darse cuenta protagonizaban unas imágenes cargadas de romanticismo y que podrían ser el principio de algo más. Se verá.