La aspirante que más ha criticado las técnicas de la alta cocina en esta segunda edición del concurso televisivo MasterChef, la mallorquina Vicky Pulgarín, se erigió en ganadora del concurso después de conquistar los paladares de un jurado excepcional en el que participaron dos de los tres hermanos Roca. Esta final arrancó con algún que otro incidente ya que Mateo Sierra, el segundo aspirante, tuvo un accidente en el supermercado cuando se le cayó una de las cestas llenas de ingredientes. Gracias a la ayuda de su rival, logró recuperarlos a tiempo y comenzó el duelo.
Conocida en el programa como Vicky, esta carnicera en paro se llevó un premio en metálico de 100.000 euros, además de la posibilidad de publicar su propio libro de recetas y cursar uno de los prestigiosos cursos de formación de la academia culinaria Le Cordon Bleu. Ante la atenta, y muy nerviosa, mirada de sus excompañeros, su madre y su novio, Vicky rescató de su memoria dos platos de sus padres (ambos cocineros), reinventándolos y dándoles su toque personal: una ensalada de espárragos con esferificaciones de alcaparra y raya con mantequilla de tomate.
Logró así imponerse con un postre en el que incluso se atrevió a emular la cocina creativa de Jordi Roca, considerado mejor pastelero del mundo por la revista británica Restaurant y que trabaja junto a sus hermanos Joan y Josep en El Celler de Can Roca (Girona), con tres estrellas Michelín. Precisamente él, elogió el resultado. El jurado del programa, formado por Jordi Cruz, Pepe Martínez Rey y Samantha Vallejo-Nájera, coincidió con los hermanos Roca en el dictamen.
Para ver esta gran final, jurado y concursantes se reunieron en un cine de la capital madrileña donde la noche se vivió con gran emoción. La presentadora del concurso Eva González comentó: “Es muy emocionante que un programa de televisión sea capaz de montar una alfombra roja”. “Estamos viviendo una era muy buena para la gastronomía española porque en España tenemos los mejores chefs de todo el mundo. Parecía mentira que no supiésemos lo que teníamos en casa. MasterChef ha abierto la puerta a que se conozca la gastronomía española” explicó sobre el formato. La andaluza aseguró que tras descansar un poco volverá pronto a ponerse el “delantal” para la versión más tierna del programa, MasterChef Junior. “Vamos a descansar unos días y a volver a la carga” añadió.
Esta final ha venido precedida de polémicas, como la eliminación de aquel al que la audiencia aupó en las redes sociales como favorito para ganar, el realizador de publicidad catalán Emil Samper, o el abandono, por primera vez, de un aspirante, el profesor de yoga Gonzalo Ribot. Incluso la ganadora fue cuestionada por el jurado por su vulgar lenguaje ante las valoraciones que se le hacían y sorprendió por denostar las técnicas de la alta cocina ante una prueba.
El resultado se conoció después de 14 semanas de concurso, pero la competencia comenzó semanas antes, ya que a esta segunda edición se presentaron 9.000 aspirantes de los que sólo 15 fueron seleccionados para concursar en los fogones de MasterChef, incluyendo perfiles como el de una vegana o un celíaco (casualmente este era Mateo, el otro finalista).
Chefs de la talla de Eneko Atxa, Quique Dacosta, Andoni Luis Adudriz, Dani García, Paco Roncero y Martín Berasategui han impartido clases a los aspirantes y demostrado su maestría ante la audiencia, en una apuesta de TVE y Shine Iberia, productores del programa, por difundir la gastronomía española. Se vivieron momentos gloriosos, como el que permitió a los aspirantes cocinar junto al triestrellado Pedro Subijana sus míticos fusillis rellenos de salsas. Él ha sido uno de los chefs que han sumado 30 estrellas Michelín en esta segunda edición.
Esta ha superado, según TVE, los datos de la primera temporada, con una audiencia de 3,2 millones de espectadores y una cuota media del 18,5 por ciento. También supuso una revolución en redes sociales, alcanzando varios trending topic cada miércoles (más de 95.000 usuarios comentaron algún programa).
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