La estrella del Mundial de Brasil con la selección colombiana y nuevo fichaje del Real Madrid ha aterrizado en España. James Rodríguez vestirá en horas la camiseta blanca y pronto comenzará su andadura con el equipo español. La capital será así la nueva casa de su familia, su mujer Daniela Ospina, y su hija Salomé, que se mudarán desde Mónaco, último destino del deportista (en las imágenes que acompañan a esta entrevista que concedió a ¡HOLA! Colombia se puede ver cómo era su residencia en el Principado).
La pareja, a pesar de su juventud, tienen 22 y 23 años respectivamente, lleva junta seis años y han vivido intensamente su historia de amor. Juntos comparten el reto de ser padres primerizos de su pequeña Salomé o ‘Salo’, como ellos con cariño y amor se refieren a su bebé, que nació en mayo de 2013. La afición por el deporte no es solo cuestión del mediocampista, su pareja también jugó desde niña en la Selección Antioqueña de Voleibol, mientras que a los 17 años James ya formaba parte del equipo Banfield de Argentina, siendo el extranjero más joven en debutar en el fútbol del país gaucho. En el 2010, el Porto pagó 7.3 millones de Euros (más de 21 mil millones de pesos) por el pase del futbolista, y fue en esta ciudad donde Daniela y James empezaron sus días como pareja.
Después James jugó en el AS Mónaco de la Ligue 1 de Francia, convirtiéndose en el segundo jugador colombiano más costoso de la historia, después de Falcao García. Ahora vuelve a inscribir su nombre en la leyenda. James Rodríguez se convertirá, con 23 años recién cumplidos, en el cuarto fichaje más caro de la historia del fútbol. El Real Madrid pagará al Mónaco 80 millones de euros por el máximo goleador del Mundial de Brasil, por lo que el mediapunta colombiano sólo será superado en precio por Gareth Bale, Cristiano Ronaldo y el azulgrana Luis Suárez.
En esta entrevista, el propio futbolista desvela cómo se enamoró de su mujer, el cambio que hubo en su vida con la llegada de su hija y su camino hacia el olimpo del fútbol.
¿Cómo conociste a Daniela?
Fue por medio de una amiga de ella. Antes de conocerla personalmente ya habíamos hablado por teléfono porque me felicitó en un cumpleaños, después nos conocimos, y pienso, indudablemente, creo que fue amor a primera vista (risas).
Te enamoraste locamente… y decidieron casarse muy jóvenes
Sí, claro, todavía lo estoy. El matrimonio es una decisión difícil, pero no tenía dudas de que ella era una mujer que me podía dar estabilidad y tranquilidad en cuanto a la vida profesional que llevo.
¿Y ahora con un bebé, las cosas han cambiado?
Totalmente. Mi vida gira alrededor de Salomé. Ahora antes de tomar cualquier decisión, siempre pienso en ella, sin duda mi hija me cambió la vida para bien.
¿Cómo te sientes de padre? ¿Cómo ves a Daniela en ese nuevo rol?
Nunca antes me había sentido mejor. Poco a poco se aprenden cosas nuevas. Somos unos padres jóvenes y, por lo tanto, somos muy relajados. Daniela es buena mamá, no me queda duda de que este nuevo papel en su vida lo hace muy bien. Es una mujer, madre y esposa incomparable.
Aparte del fútbol, ¿qué otras aficiones tienes?
(Risas) Como todo joven, me gusta jugar Play Station y disfruto mucho de la compañía de familia.
¿Qué caprichos te das?
Me encantan los relojes.
¿Qué es lo que más extrañas de tu país?
Nuestras familias, la comida colombiana es única, la gente y el clima. Colombia es hermosa.
¿Cómo fueron los comienzos de James en el fútbol? ¿A qué edad empezaste a jugar?
Comencé a los cuatro años. Desde que tengo noción, siempre quise jugar fútbol, era mi pasión y todavía lo sigue siendo, lo vivo con mucha intensidad.
¿Estaba entre tus sueños todo esto que estás viviendo?
Siempre soñé con ser jugador profesional. A medida que iba escalando metas, anhelaba cosas mejores y más grandes. Pienso que nunca se debe dejar de soñar.
¿Cómo empezó tu carrera internacional?
Me fui de Colombia muy joven, a los 15 años viajé a Argentina. Luego me fui a Banfield, donde pasé dos años inolvidables, y después tuve la posibilidad de irme al F.C. Porto en Portugal, con el que gané muchos títulos. Y como ya saben, luego a Mónaco, donde el fútbol es diferente.
¿Qué experiencias negativas o positivas recuerdas de cuando te mandaron a tu primer destino?
Lo positivo, que tenía la posibilidad de cumplir el sueño de ser jugador internacional. Lo negativo fue dejar a mi familia tan joven, pero cuando uno quiere llegar a donde uno quiere, tenemos que hacer sacrificios.
En el fútbol hay días malos, partidos difíciles, mucha presión. ¿Cómo te relajas y vives esos momentos?
El fútbol lo vivo con mucha pasión e intensidad; cuando juego bien, intento no excederme en confianza, y cuando juego mal, intento tener aún más calma. Antes era muy joven y no lo sabía manejar, pero ahora asumo las cosas con algo más de madurez. El día a día en el fútbol es difícil, pero a la vez es muy lindo vivirlo, porque se aprende cuando ganas y cuando pierdes.
Te has forjado una carrera muy importante a muy temprana edad. ¿Cuál es tu consejo para los jóvenes colombianos?
Que tengan mucha paciencia, por más que el camino se vea oscuro, la luz está más cerca que lejos. Hay que trabajar con mucha responsabilidad y disciplina; en el deporte, estos factores son primordiales, pero lo más importante es la humildad.