Sevilla ha vivido este fin de semana una de las bodas más esperadas. Y es que, además de lo querida que es en la ciudad la familia del novio, la duquesa de Alba encabezaba la lista de invitados al enlace. Sin embargo, doña Cayetana no pudo cumplir con su deseo de estar presente en la boda del tercer hijo de su íntima amiga Carmen Tello y Miguel Ángel Solís y Martínez Campos, marqués de la Motilla. Según comentó Carmen Tello hace unos días,la duquesa de Alba tenía "mucha ilusión" por acudir a esta boda. De hecho, los diseñadores Victorio y Lucchino le habían realizado un vestido para la ocasión. "Espero que tenga fuerza suficiente para ir porque ella nada más que ha hecho una salida después de estar malita pero bueno, está muy bien. Ya camina, pero la acompaña siempre alguien del brazo porque no se de ir fía sola tras la caída que tuvo", explicó.
Dentro de los círculos de la sociedad sevillana se había puesto en duda en los últimos días la asistencia de la aristócrata, recluida en el palacio de Las Dueñas después de una larga estancia anterior en el palacio madrileño de Liria por algunos achaques de salud que han interrumpido su activa vida social. La última vez que vimos a la Duquesa fue a mediados de marzo, días antes de celebrar su 88 cumpleaños. En aquella ocasión, doña Cayetana almorzó en Madrid con Naty Abascal y su marido. “Estoy bien y muy bien acompañada. Que estoy mal se lo inventan”, declaró. Después, su ausencia fue muy destacada en Semana Santa y en la Feria de Abril.
Miguel Ángel de Solís y Tello Farfán de los Cobos, abogado y empresario de 30 años y actual marqués de Valencina, contrajo matrimonio este sábado con Paloma Valenzuela Abaurre, una joven sevillana de 22 años, en la capilla de Nuestra Señora del Rosario de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla.
El novio, hijo del marqués de la Motilla y de Carmen Tello, esposa del diestro retirado Curro Romero, que también ha asistido a la ceremonia, vestía uniforme de caballero maestrante. Solís llegó al templo del brazo de su madre y madrina. Carmen lució un elegante vestido fucsia, diseño de sus grandes amigos Victorio y Lucchino, al que añadió la tradicional mantilla negra. La novia, por su parte, llegó a la iglesia del brazo del padrino con un precioso vestido de corte clásico con manga larga y escote cuadrado. Llevaba el pelo recogido en un moño y una imponente corona. Fiel a la tradición, llegó con un velo tapando su cara y con un sencillo ramo de paniculata.
El enlace, que se ha caracterizado por la discreción de sus preparativos, reunió a un reducido elenco de invitados de la alta sociedad hispalense entre los que se encontraban los diseñadores Victorio y Lucchino, el periodista Antonio Burgos y el teniente de Hermano Mayor de la Real Maestranza, marqués de Puebla de Cazalla. También acudió al enlace Tamara Falcó, con un veraniego vestido azul y zapatos dorados. Todos ellos asistieron tras la ceremonia religiosa al banquete y posterior fiesta que los novios ofrecieron en el Real Club Pineda.