Cuando todavía no se ha cumplido una semana del inesperado fallecimiento de Antonio Morales "Junior", el polémico tema de la herencia de su mujer, Rocío Dúrcal, vuelve a salir a la luz. Después de años de enfrentamientos entre el cantante y sus hijos, hoy David Rocasolano, el que fuera el abogado de Antonio y Carmen Morales por aquel entonces, acudía a los Juzgados de Plaza de Castilla, a la última vista del proceso de instrucción por la demanda interpuesta por el hijo de Junior.
Antonio Morales no ha acudido hoy a los Juzgados, ya que en esta vista no estaba llamado a declarar, y decidió interponer la demanda porque consideraba que su abogado había revelado información sobre los detalles de la herencia de su madre, entre ellos a la periodista María Patiño, quien también era llamada hoy al juzgado para dar su versión de los hechos. David Rocasolano, primo de la Princesa de Asturias y escritor de libro sobre ella, Adiós, Princesa, se está representado a sí mismo en esta vista, de la que todavía no se conoce la resolución.
Un distanciamiento familiar por una herencia
La batalla judicial en casa de los Dúrcal comenzó un año después de la muerte de Rocío, en marzo de 2006. Primero la familia llegó a un primer acuerdo ante notario, sin embargo, en 2009 Carmen y Antonio Morales reclamaron de la parte legítima de la herencia presentando a través de sus abogados una demanda en el Juzgado de Primera Instancia de Collado Villalba.
Según pudo saber la revista ¡HOLA!, Rocío Dúrcal en su declaración de voluntades había quedado escrito cómo le gustaría que se repartiera su patrimonio, sus joyas, sus trajes y sus objetos personales. La cantante dispuso también ante el notario que legaba a su marido el tercio de libre disposición de la herencia, además de la cuota legal usufructuaria de la misma. Asimismo, en lo que correspondía al remanente de todos sus bienes, créditos, acciones, etcétera, instituyó como herederos universales a sus tres hijos, con derecho a favor de sus descendientes. Según el testamento de Marieta, entre los bienes a repartir figuraría la finca urbana conocida como La Berzosilla (en Torrelodones), la finca Los Flamingos, en Málaga, y las participaciones sociales de la entidad Jacaranda, S. L., Gumamela Productions, S. L.
Los verdaderos problemas comenzarían, sin embargo, meses después de haber firmado este acuerdo, cuando los hijos de Junior conocen, a través de sus representantes legales, la existencia de otras propiedades que no fueron incluidas en el testamento ni tampoco en la escritura de la partición hereditaria. Un patrimonio hereditario que podría ascender a cuatro millones de euros y que englobaría otras regalías correspondientes a la propiedad intelectual de Rocío Dúrcal, diversas sociedades y propiedades inmobiliarias, como un terreno en la localidad de Estepona y algunas parcelas en el término municipal de Marbella, entre otras.
Meses después, Junior era quien desheredaba a sus hijos: “He desheredado a Carmen y a Antonio. En la medida en la que las leyes me lo permiten, he decidido dar una lección a mis hijos mayores. Fui a un notario y firmé los documentos para llevar a término mi disposición. Les he negado el tercio de mejora y el de libre disposición, se quedarían con la legítima estricta, que son para Shaila, a quien he nombrado heredera universal. Toda mi fortuna será para ella”, decía en las páginas de la revista ¡HOLA!.
Más tarde llegaría la reconciliación familiar y después la demanda de Antonio Morales por una supuesta revelación de secretos y de información sobre documentos privados de la cantante. Un proceso judicial que continúa y cuya última vista ha coincidido, casualmente, con el reciente fallecimiento de Junior.