Son bellas, tienen talento y anoche conquistaron al público a su llegada a Madrid. Emma Watson y Jennifer Connelly asistieron a la premiere en el cine Palafox de la película Noé, que llegará a los cines el 4 de abril. Acompañadas del director Darren Aronofski, las actrices llegaron para presentar la visión más dramática de Aronofsky sobre el diluvio universal. El reparto de esta superproducción lo completan grandes estrellas como Russel Crowe, Anthony Hopkins, Douglas Booth, Logan Lerman y Ray Winstone.
Jennifer Connelly y Emma Watson fueron las encargadas de hacer su presentación en España. Sobre la alfombra roja ambas conquistaron a las cámaras con su belleza. Connelly optó por un vestido corto de Giambattista Valli Couture, mientras que Watson lució un mono blanco y negro de J. Mendel con escote en uve. En el filme Jennifer y Emma interpretan a la esposa y a la hija adoptiva de Noé, respectivamente, y contaron cómo vivieron situaciones "límite" durante el rodaje de esta película, retos "emocionales" pero también "físicos" que han contribuido al peso dramático de la película. "Me acostumbré a aguantar el frío, a trabajar con efectos especiales, a las escenas de acción", señala Watson, de 23 años, que se siente feliz de haber participado en esta experiencia.
Aronofski ha vuelto a contar con Jennifer Connelly, a quien dirigió en el filme Réquiem por un sueño. El director de El Cisne negro confiesa que pensó en ella desde el principio para interpretar a la mujer de Noé, porque posee "una belleza atemporal" y además "trabaja en cualquier situación".
Tras Noé, Emma Watson se pondrá a las órdenes de Alejandro Amenabar en Regression, un director del que es gran admiradora y con el que está encantada de trabajar: "Alejandro es de esos directores que se apasionan con locura con su trabajo. Soy una gran admiradora de su trabajo, tiene un talento inmenso. Además es un nuevo tipo de papel para mi, muy intenso, un thriller, y estoy deseando empezar", confiesa la actriz que protagonizará la cinta junto a Ethan Hawke.
Watson rodó la primera película de Harry Potter con sólo diez años y, durante una década, su vida profesional estuvo ligada a la multimillonaria saga mágica. Ahora a sus 23 años, y después de haberse tomado un tiempo para reflexionar tiene claro que ahora le interesa más el cine de autor. "Empecé a trabajar siendo muy joven y llegado un punto me di cuenta de que necesitaba tomarme tiempo para mi, para averiguar qué quería hacer de verdad, quién era y en qué dirección moverme, y estoy muy contenta de haberme tomado ese tiempo", afirma la actriz.