Leer un artículo sobre Bruno Mars marea, en el buen sentido de la palabra, por la sucesión de cifras en las que se ha traducido su éxito. Este artista de origen hawaiano, mezcla de ascendencias filipina y puertorriqueña, a sus 28 años puede presumir de ser uno de los artistas del momento. En su haber tiene más de quince millones de discos y 45 millones de singles vendidos y es uno de los jóvenes de menos de treinta años más ricos, según Forbes. Y eso sólo con dos trabajos en el mercado.
Peter Gene Hernández Jr. fue un niño prodigio. Su “pequeña” estatura esconde un talento enorme, que demuestra cada vez que se sube a un escenario. En sus canciones hace malabares con ritmos como el reagge, pop, rock, R&B y hip hop, temas con múltiples facetas en los que se nota la influencia de artistas tan emblemáticos como Michael Jackson, The Police y Bob Marley. Camaleónico, casi tanto como su sonido, su peinado, con tupé, gafas y estilo recuerdan en ocasiones al rey, Elvis Presley, uno de sus "mentores".
De hecho debutó ante las cámaras con apenas siete años, imitando a este grande de los años cincuenta en la película Honeymoon in Vegas (1992), aunque el público de la playa de Waikiki ya le conocía. A los cuatro años había demostrado lo que valía poniéndose en la piel del rey del rock, junto a sus padres músicos que fueron los que le inculcaron el amor por este arte (en el vídeo a partir del minuto 2.50). Entonces ya apuntaba maneras y tenía claro que su nombre estaría un día en boca de todos gracias a su talento.
Su perseverancia no dio sus frutos al principio, aunque cuando acabó el instituto se marchó a Los Ángeles para perseguir un sueño. Este se quedó en un stand by ya que Mars empezó componiendo para estrellas como Brandy, Sean Kingston, Flo Rida y las Sugarbabes. Doo-Wops & Hoolingans salió a la venta en octubre de 2010, un álbum que fue definido por la revista Rolling Stones como el mejor debut musical del año, “10 canciones perfectas”. A finales de 2012 salió su segunda joya, Unorthodox Jukebox, con la que ha llenado estadios y cuyos temas sonaron, algunos, en el intermedio de la Super Bowl.
Tan meteórico es su triunfo que este dandy podría dar nombre a una ley en su estado natal, Hawai. Y es que la presidenta del Senado de este estado, Donna Mercado Kim, quiere impulsar la "ley Bruno Mars" que cambiaría el sistema de venta de entradas en Estados Unidos. En uno de los conciertos que el artista tenía programado en la isla se agotaron las entradas en apenas tres horas. Nada extraño dado el tirón de Bruno. La pega fue que sólo un 6% de los tickets se vendieron en taquilla, así que muchos de sus paisanos se quedaron sin verle. La nueva ley trataría de limitar la venta de entradas para los conciertos a la taquilla durante 48 horas, abriendo luego la posibilidad de ser adquiridas por email.
Si prospera se escribiría una línea más en la leyenda de Bruno. Y sólo es el principio…