Rupert Murdoch conoció a Wendi Deng en 1997 y fue tal la atracción que sintió por ella, que rompió su matrimonio con Anna Torv para casarse con la atractiva asiática 17 días después de obtener el divorcio. Durante 14 años formaron un tándem perfecto. Tuvieron dos niñas, Grace y Chloe, y el magnate aseguraba que Wendi era “la perfecta madre china”. También parecía ser “la perfecta empleada”, ya que le ayudó a expandir su imperio por el continente asiático y, por supuesto, “la perfecta esposa”, a juzgar por cómo le defendió cuando un hombre le lanzó una tarta en 2011. Sin embargo, Murdoch y Wendi se divorciaron el pasado mes de junio alegando que la relación entre ambos se había "roto" de forma "irreparable". Ocho meses después, se han declarado la guerra.
Lo que parecía un divorcio más en el agitado currículum sentimental del magnate, se ha convertido en una turbia historia de venganza. La edición estadounidense de Vanity Fair publica en su número de marzo una supuesta nota escrita a mano por la propia Wendi que revelaría sus secretos más íntimos. Se rumorea que ha sido el propio Murdoch el encargado de ponerla en circulación para vengarse de su tercera exmujer por las relaciones que, al parecer, mantuvo durante su matrimonio con hombres más poderosos que él. Según esta nota, Wendi podría haber tenido una serie de encuentros con Tony Blair y también con Eric Schmidt, uno de los fundadores de Google. Ante estas supuestas infidelidades, Murdoch y Wendi han decidido, de mutuo acuerdo, no manifestarse.
Tras el divorcio de su segunda esposa, que le habría costado más de 740.000 millones de euros, Murdoch se cubrió las espaldas y firmó con Wendi un acuerdo prenupcial, que garantizaba que una separación no afectaría al poder del magnate en su grupo de medios de comunicación. Coincidiendo con su divorcio, el conglomerado se dividió en dos compañías: News Corp. y 21st Century Fox. Las dos hijas que tuvo con Wendi no tienen voto en la compañía, lo que sí poseen los cuatro hijos mayores del millonario. Serán ellos quienes tengan el máximo control sobre la empresa cuando la hereden de su padre.
Lo único que ha logrado Wendi tras su divorcio es vivir en un triplex de lujo en la Quinta Avenida en Nueva York, estimado en 44 millones de dólares, es decir, casi 33 millones de euros.
El culebrón de los Murdoch no ha hecho más que empezar. ¿Quién dará el siguiente paso?