Gonzalo Miró y su chica, Ana Isabel Medinabeitia, presumen de 'cuerpazos' en alta mar
El año pasado la pareja también eligió la islas de Ibizay Formentera para disfrutar de sus vacaciones
Se conocieron a finales del año 2011 cuando ambos coincidieron en un restaurante cercano a la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón y tal fue su atracción que decidieron verse de nuevo. Después de este encuentro al que siguieron otras citas y escapadas la relación acabó confirmándose en diciembre de ese cuando ambos semejaron ver juntos en el aeropuerto de Madrid tras disfrutar de un viaje juntos a París. Ahora, y cuando su noviazgo está más que consolidado, Gonzalo Miró y su chica, Ana Isabel Medinabeitia, la joven que salió con Iker Casillas, han hecho las maletas y se han marchado al destino nacional por excelencia, Ibiza, el mismo lugar al que viajaron el verano pasado.
Tras vivir más de un mediático noviazgo, primero con Eugenia Martínez de Irujo y después con la cantante Amaia Montero, Gonzalo ha preferido mantener su noviazgo con Ana de la manera más discreta posible retirándose así prácticamente de la vida social.
Dejándose ver tan solo en contadas ocasiones, el hijo de la realizadora Pilar Miró y su pareja, no han podido resistirse a las transparentes aguas de Formentera y acompañados de un grupo de amigos han disfrutado de una jornada en alta mar con destino la paradisíaca isla balear.
Luciendo cuerpazos, pues Gonzalo presumió de abdominales y Ana de escultural figura ataviada con un biquini en color magenta, la pareja disfrutó de su mutua compañía y la de sus acompañantes, entre los que se encontraba el exfutbolista Kiko Narváez, quien se convirtió en testigo del amor que Miró y su chica se procesan.
En el ámbito personal, no obstante, Gonzalo acaba de sufrir la pérdida de una gran amiga y compañera como fue Concha García Campoy, con la que presentó Las mañanas de Cuatro hace ya varios años, programa en el que la periodista le dio la oportunidad a Gonzalo de presentar en televisión. Unos días antes de poner rumbo a las Baleares, Gonzalo acudía al tanatorio a dar el último adiós a Concha, así como multitud de rostros conocidos que querían y
admiraban a la periodista.